Prefacio

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Kevin se revolvió inquieto; algunos dirían, que incluso parecía estar más nervioso que el propio novio

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Kevin se revolvió inquieto; algunos dirían, que incluso parecía estar más nervioso que el propio novio. Le sudaban las manos y se sentía encarcelado dentro de su propio ropaje; el sol brillaba en lo alto con fuerza y esmero, y no pasaba ni una pequeña brisa capaz de mover ni una hoja de aquel veraniego jardín.

A un lado de altar, el joven esperaba ataviado con un traje negro junto a otros amigos, así como dictaba el protocolo, a que entrara la novia escoltada por sus damas de honor.

Justo cuando el registro musical cambió, anunciando la llegada del esperado momento, se le revolvió el estómago con más fuerza y no pudo evitar aferrarse al viejo reloj de bolsillo que colgaba de su chaleco; aquel que había tratado de olvidar a la fuerza. Era lo único que poseía de ella; le recordaba lo que podía haber sido y lo que nunca fue.

Pero extrañamente, esa misma mañana, mientras se esmeraba en encontrar la pajarita azul que había prometido llevar, se había visto tentado de abrir el cajón polvoriento que con tanto afán había mantenido cerrado durante los últimos tres años. Y como era de esperar, había terminado sucumbiendo a la tentación.

Aún le era difícil discernir si había decidido llevarlo como muestra de superación o de si, por el contrario, era un último intento desesperado. Pero poco importaba. 

Mientras Kevin se perdía en sus pensamientos, las manecillas del reloj seguían avanzando inevitablemente, así como las damas de honor desfilando por encima del pasillo nupcial.

Gala encabezaba la procesión y caminaba con determinación, como era habitual en ella. Lo que nadie sabía, era que, por dentro, la muchacha parecía un flan.

No por la breve atención prestada, ni porque diferentes ojos desconocidos se posasen en ella momentáneamente; tampoco le afectaba las emociones que en aquel día tan especial se profesaban.

Gala se sentía aterrada de que le volviese a romper el corazón; de verle y perder la razón. No quería que la desarmara una vez más; tener que volver a pasar por aquel duelo abrumador le parecía insoportable.

Aun con la intención de resistirse a echar un vistazo y de agachar la cabeza a su paso, la joven no podía prever que el destino se la jugaría de aquella manera; en un parpadeo, su mundo se puso patas arriba.

Un brillo plateado había captado su atención y había cometido el error de desviar su atención. Primero reparó en el reloj; al reconocerlo, el corazón le dio un vuelco. Incapaz de dar marcha atrás, siguió ascendiendo su mirada hasta el rostro de su portador y se topó con los ojos verdes de Kevin; era como si le acabaran de robar todo el oxígeno.

Inevitablemente, los recuerdos los inundaron con fuerza; fue como si se volvieran a mirar por primera vez.


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¡Holi! 


Me estreno en el género romántico con mucha ilusión. 

Como ya sabréis, tengo muy buenos recuerdos del Open Novella Contest 2023; en él me emocioné, lloré, reí y me estresé a más no poder. 

Pero lo hice junto a maravillosas personas que conocí gracias a ese concurso. 

¡Espero poder compartir el camino con esas mismas personitas!

Pero también espero conocer algunas nuevas.

¡Mil gracias si estás leyendo esto!


Todas las veces que pudimos ser y no fuimosWhere stories live. Discover now