Tres de cinco.

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Senku estaba un poco sorprendido, a estas alturas del partido y después de conocer básicamente la cavidad bucal de los demás a la perfección, no pensó que volvería a quedarse en blanco por un beso, y mucho menos por culpa del aldeano.

Y no era por lo agresivo que estaba siendo el beso, ya antes Chrome le ha demostrado que la timidez lo abandona rápido. Lo que sorprendió a Senku fue que el chico lo haya hecho de repente y sin previo aviso. Nunca antes lo había hecho, no importaba cuántas ganas tuviese, siempre actuaba después de que Senku le diese luz verde, así sea el asentimiento más mínimo, pero siempre esperaba por una respuesta positiva.

Chrome empuja en dirección hacia Ishigami. Introduce su lengua sin miramientos en la cavidad bucal ajena, aprieta los hombros del científico con fuerza y todo su cuerpo se inclinaba contra el menor con la intención de tener un poco de dominio sobre él.

Desesperado, esa era la palabra que definía el beso.

Bueno, Senku tenía que reconocer que esta faceta impaciente y grosera era interesante, ¿Hasta donde podía llegar Chrome y este inesperado lado de su personalidad? Ishigami quería descubrirlo, por lo cual no puso resistencia alguna al beso, es más, hasta dejó que el castaño llevara el ritmo. Todo sea por la ciencia, claro.

Corresponde gustoso, aquel era su pan de cada día, es más, ya se estaban tardando, usualmente ya habría recibido un par de besos antes del desayuno. Lo tenían tan acostumbrado a esto que ya se le había vuelto rutinario y común el que sus amigos lo besaran, estaba tan acostumbrado que ahora sentía más raro si no lo hacían que si sí; era como desayunar: no era necesario, pero lo habían acostumbrado tanto a eso que sentía que su día no comenzaba correctamente si no lo tomaba.

Sus lenguas se enredan con habilidad, el aldeano había aprendido exageradamente rápido como es que debía moverse para que ambos se sintieran bien e Ishigami había agarrado práctica de tantas veces que había compartido saliva con los demás. Ya no era un beso torpe y sin experiencia como el primero, sin embargo seguía siendo igual de embriagador que ese.

Los segundos pasaron y Senku, a pesar de que muy rico y todo, comenzaba a darse cuenta de que Chrome no tenía intensiones de dejarlo ir pronto. Y bueno, no tenía problemas con jugar un poco más con el castaño, la cosa era que justo en ese instante no podía.

¿El porqué? Se le iba a enfriar el cafecito y el pancito, y, amigo, eso frío no le hace justicia.

Ubica ambas manos en el pecho del mayor y empuja levemente para hacerle entender que debía separarse, pero hubo el efecto contrario: Chrome se pegó más a su cuerpo. Se aferraba con fuerza a sus hombros para que el científico no se alejara de él, y el beso estaba subiendo tanto de intensidad que a Senku se le estaba complicando cada vez más el agarrar un poco de aire. ¿Chrome lo quería matar o que mierda?

Se dispone para ahora si darle un empujón más fuerte y poder terminar su desayuno, sin embargo eso no fue necesario, de un segundo a otro el castaño fue arrebatado de sus labios tan inesperadamente que, por un milisegundo, el frío chocante de su ausencia le hizo extrañar el calor de hace un instante.

Abre los ojos, y lo ve a un metro de él, sentado en el piso y sobandose la parte baja de su espalda. ¿Se ha caído?

Pero de inmediato supo que no era aquello. No se había caído, alguien lo había hecho caer, y lo supo en el momento en el que se fijó que a su lado había un tercero.

Ryusui había sido el culpable de que ahora le doliese el coxis al aldeano. Que se haya topado con ese par era pura coincidencia, en realidad el chico había ido hacia aquel sitio por la misma razón que Chrome y por la misma razón por la cual los demás no tardarían en llegar: desayunito papá.

Apostar Y Perder.  ♡Dr. Stone. SenkuHarem♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora