Capítulo 25: Por siempre mía...

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Hola, chicas y chicos. Mil gracias por sus saludos y felicitaciones en el capítulo anterior, se los agradezco infinitamente.

Aquí les traigo un nuevo capítulo de esta historia que se convirtió en una de las más especiales que he escrito. Espero que lo disfruten mucho, sobretodo el final.

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Capítulo 25: Por siempre mía...

La tensión en aquella sala era bastante opresiva.

Se sentía un poco nerviosa e incómoda, y es que estar en Azkaban no podía generar ningún sentimiento positivo. Todo era frío, lúgubre, helado y el lugar estaba custodiado por cientos de dementores a las afueras del torreón. Hermione jamás pensó que, en algún momento de su vida, pondría un pie en aquella infame prisión y, sin embargo, ahí estaba, en el lugar que el Ministerio había escogido para realizar el último juicio contra Lucius Malfoy, y determinar si su condena como mortífago podía acortarse o alargarse.

Hacía varios minutos atrás, Draco se había acercado al estrado para dar su testimonio sobre la mañana antes de que acabara la guerra, situándose hacía exactamente dos años atrás, cuando su padre había desertado con ellos. Draco había dicho lo mismo que le había comentado a Hermione en algún momento, lo dijo todo y no se guardó ningún detalle, lo recordaba a la perfección y con ello el testimonio de su madre, Narcissa Malfoy, tendría más validez y sería más creíble ante la audiencia.

Hermione se llevó un mechón castaño detrás de la oreja, y sintió que el tiempo se hizo eterno hasta que finalmente, Draco pudo volver a su lado y le prometió que pronto se irían de ahí. El rubio no quería quedarse a oír el veredicto, pero Hermione había insistido en que así lo hicieran.

Casi una hora después, luego de deliberar entre los jueces y los otros testigos reunidos en la sala, todos parecieron llegar a un acuerdo, y el veredicto fue sencillo.

Hermione le echó una mirada al padre de Draco, el hombre llevaba el típico uniforme que usaban los presos en Azkaban y tenía ambas manos esposadas, su rostro lucía marchito y su mirada estaba perdida, parecía como si en todo el tiempo que había estado recluido en aquella prisión, había servido para que envejeciera prematuramente, definitivamente su aspecto no era el mismo de antes, y por el contrario, ahora lucía miserable. La única vez en la que Lucius había levantado el rostro, fue cuando Draco había subido a declarar en calidad de testigo a su favor.

Kingsley se puso de pie con un largo pergamino entre sus manos.

-Lucius Malfoy, prisionero número cuatro mil doscientos seis, póngase de pie.-le ordenó el ministro mientras todo los presentes miraban atentos y ansiando conocer el resultado, a excepción de Draco. Hermione notó que su novio sólo miraba hacia abajo.-Por sus delitos cometidos como mortífago, inicialmente se le dictó una sentencia de veinte años en prisión, pero al comprobarse que el acusado tiene testigos a su favor que han dado pruebas de que en efecto, usted desertó antes de que la guerra terminara, su sentencia ha sido rectificada. A partir de ahora, cumplirá seis meses de condena en Azkaban, y pasado ese tiempo, saldrá en libertad condicional y será monitoreado constantemente por los siguientes cinco años.

Todas las personas en la sala parecieron sorprendidas, y una de ellas, era la madre de Draco, quien desde su asiento, empezó a derramar lágrimas de felicidad. Hermione entendió lo mucho que la mujer amaba a su esposo y lo aliviada que debía de sentirse al saber que Lucius no pasaría el resto de su vida en prisión.

De pronto, Draco tomó la mano de Hermione y sin darle tiempo de decirle algo más, juntos empezaron a caminar en dirección a la salida. Lo cierto es que el rubio quería salir de ahí lo antes posible, ya había cumplido con sus padres y era momento de dar por cerrado un capítulo más en su vida.

Cruel Amor (Dramione +18)Where stories live. Discover now