Claudia (Frerard)

Capítulo 31

Las lágrimas escurrían por las mejillas de Gee. Todo era tan difícil, tan complicado. Estaba abrumado.

- Hey, no llores, todo va a estar bien – Dijo Frank, llevando su mano hasta su mejilla para limpiar sus lágrimas.

- No, nada va a estar bien

- Ellos no te van a volver a poner una mano encima. Yo te cuidaré – Gerard lo miraba y realmente no entendía sus palabras. ¿Por qué estaba ahí? ¿Por qué le estaba diciendo todo eso? Hace unas semanas lo había tratado como una basura tras enterarse que es un chico y ahora, ahora parecía el mismo Frank dulce con el que salió cuando creyó que era una chica, cuando creyó que era Claudia.

- ¡Ya basta de esto Frank! No necesito que sientas lástima por mí – Mencionó Gerard, tratando de levantarse de la cama, pero le dolía todo.

- No siento eso

- ¿Entonces qué? ¿Qué es lo que quieres? - Mencionó Gerard con rabia, las lágrimas seguían resbalando por sus mejillas. Estaba dolido, demasiado, no necesitaba que nadie sintiera lástima por él. Frank se acercó para abrazarlo.

- Te quiero a ti – Se atrevió a confesar.

- Pero soy un hombre – Dijo Gerard, sollozando en el pecho de Frank.

- No importa – Sólo en ese momento Gee se permitió mirarlo a los ojos y Frank lo sintió tan vulnerable. Esos ojos verdes mirándolo con detenimiento, tratando de encontrar falsedad en sus palabras – Nada importa, sólo tú – Mencionó Frank, en tanto lo miraba fijamente, acercándose sólo un poco más y entonces sus labios colisionaron, era un beso que ambos necesitaban, que ambos habían anhelado, un beso que los dejaba sin aliento, un beso que los transportaba a otro mundo, uno donde únicamente existían ellos dos. Los brazos de Gerard se enredaron en el cuello de Frank, mientras que Frank lo tomó de la cintura. Sólo se separaron cuando el aire comenzaba a faltarles.

- No dejaré que nadie vuelva a hacerte daño – Señaló Frank, en tanto juntaba su frente y su nariz con la de Gerard.

- No soy Claudia – Insistió Gee.

- Lo sé, eres Gerard, mi Gerard

- Frankie – Mencionó Gerard suspirando, dejándose envolver por los brazos de Frank. No le importaba si después se arrepentía, si volvía a llamarlo maricón, pues estaba ahí, para él, para calmar su dolor.

Se recostaron en la cama, mirándose de frente y quedando embelesados con la belleza del contrario. Se acercaron más hasta juntar sus labios nuevamente. Frank atrajo a Gerard hacia su cuerpo lo más posible y empezó a tocar más, sólo un poco más de la piel de Gee, metió su mano por debajo de su playera y escuchó un quejido.

- ¿Te lastimé? - Cuestionó Frank.

- No... son sólo los golpes... aún duelen – Y Frank no pudo evitar sentirse de la mierda, pues por su culpa sus amigos habían ido a golpear a Gerard, dejándolo tan lastimado.

Lo abrazó y dejó que se recostara en su pecho, aspirando el olor de sus cabellos. Estaba bien así, no era necesario ir rápido, sólo quería estar con Gerard, sólo quería hacerle saber que estaba ahí para él, que lo cuidaría y lo protegería de todo y de todos. Que lo ama, que realmente lo hace.