Capítulo 13

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 - Ella es mía – Alardeó Frank al ingresar el lunes al salón de clases, se moría de ganas por contarles a sus amigos que Claudia por fin era su novia, aunque claro, iba a omitir el detalle de que después del viernes nuevamente no le había contestado los mensajes. Ese lunes estaba dispuesto a ir a buscarla después de clases para saber qué sucedía con ella, porque no entendía nada, y es que el viernes prácticamente se derretía entre sus brazos y ahora otra vez lo ignoraba.

- ¿Hablas de la chica porrista? - Cuestionó Bob, quien ya estaba sentado en su lugar dentro del salón de clases.

- ¿De quién más?

- ¿Te acostaste con ella? - Cuestionó Pete y Frank pensó que eso hubiera sido tan maravilloso.

- No, ya es mi novia – Mencionó Frank.

- Vaya, lo lograste enano – Manifestó Bob.

- Pero no te la has cogido. Craso error – Escuchó decir para voltearse y ver al nefasto de Bert McCracken, como siempre metiéndose en sus conversaciones.

- ¿Y a ti qué te importa imbécil? Deja de meterte en lo que no te incumbe

- Me incumbe porque esa chica va a ser mía antes que tuya

- Deja de decir estupideces ¡Es mi novia!, imbécil – Sostuvo Frank con rabia. Estaba por irse a los golpes con McCracken cuando el profesor ingresó al salón y las clases comenzaron.

Frank estaba estresado, quería que las clases terminaran ya. Se moría por ver a Claudia, esa mañana le estuvo enviando varios mensajes sin recibir respuesta, al final le dijo que la buscaría al terminar las clases y fue sólo entonces que su novia respondió, mencionándole que mejor lo veía en el parque cercano a su escuela al salir de clases, y es que Gerard no estaba dispuesto a llevarse otra sorpresa. Aunque la única ropa de chica que tenía en la escuela era un conjunto de porrista, por lo que optó por ponérselo, escabulléndose al final de clases para evitar que Mikey, Ray o algún otro conocido lo viera.

Cuando arribó al parque Frank ya estaba ahí, y claro que iba a estarlo, si estaba tan desesperado que se voló la última clase, se moría por ver a su chica.

- Mi amor, te extrañé tanto – Mencionó Frank, estrechando a Claudia entre sus brazos, Gerard quería negarse, pero al final se dejó abrazar, él también había extrañado a Frank y debía asumir que le encantaba estar así, en sus brazos.

- Yo también Frankie, perdón por no contestarte – Manifestó Gerard.

- Eso ya no importa, ahora estás aquí conmigo – Señaló Frank, mirándola a los ojos, para posteriormente besarla en los labios. Había añorado tanto el sabor de esa boquita que lo volvía loco.

Pasaron esa tarde juntos, Frank invitó a Gee a comer y después fueron al cine. Gerard temía que Frank quisiera sobrepasarse al estar ahí y que tocara sus piernas y mucho más allá de éstas, pero él se portó respetuoso dentro de lo que cabe, pues no dejó de abrazarlo en toda la función, incluso por momentos se olvidaron de la película para comerse a besos. Gerard no podía negar que estaba encantado de estar así con Frank, aunque claro, seguía ese temor latente de que en cualquier momento lo descubriera y se diera cuenta de que no era una chica.

Entró en pánico nuevamente cuando llegó la hora de volver a casa, no quería que Frank supiera dónde vivía y ser descubierto. Afortunadamente logró convencerlo de dejarlo unas cuantas cuadras antes con el argumento de que su padre era bastante estricto, que aún no había hablado con él y que temía que los separara al enterarse de su relación. Aún así Frank insistía en acompañarlo y antes de irse no podía dejar de besarlo, sus labios eran un nuevo vicio.

Gerard prometió contestarle todos los mensajes a Frank y no volver a dejarlo en visto, no tenía más remedio, era preferible tener ese contacto y así, bajo cualquier pretexto negarse a verlo, que atenerse a sorpresas como la de ese día. Lo peor es que iba con ese traje de porrista, por lo que antes de llegar a casa trató de meterse el pantalón y ponerse una sudadera encima.

- ¿Qué haces Gee? - Escuchó decir. Entrando en pánico. No quería voltear, no quería ver quién lo había descubierto - ¿Quieres que te ayude? - Señalaron a sus espaldas y sólo en ese momento Gerard reconoció la voz de Ray, volteándose entonces para encararlo.

- Hola Ray – Dijo Gerard algo avergonzado.

- ¿Quieres que te ayude, Gee?

- Sí... yo... lo siento – Mencionó Gerard ruborizado.

- Hey Gee, no tienes por qué disculparte, yo entiendo. Aunque me molesta que no puedas ser tú mismo frente a quienes amas

- Sabes lo que pasaría

- Lo sé Gee, pero es una lástima que no vean lo increíble que eres – Manifestó, ayudándole a subirle los pantalones. Gerard agradeció a Ray por ayudarlo y rápidamente se dirigió a la puerta de su casa, sintiéndose avergonzado de que lo hubiese visto en esa situación, además de que se sentía sumamente incómodo al llevar todas esas ropas encima. Sólo quería llegar a su habitación y sacarse toda esa ropa. Era tan horrible tener que hacer eso, pero no tenía de otra, sus papás y Mikey lo matarían de enterarse que se estaba haciendo pasar por alguien más sólo para poder salir con un chico. Con el chico de sus sueños.  

Claudia (Frerard)Where stories live. Discover now