Capítulo 4

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 - ¡Lo conseguí! - Gritó Frank al ingresar al vestidor, logrando tener encima de él la mirada de todos sus compañeros de equipo.

- ¿Qué conseguiste, idiota? - Preguntó Pete

- Su nombre

- ¿Cuál nombre?- Cuestionó Bob

- El de la chica pelinegra. Se llama Claudia

- ¿Hablaste con ella? ¿La invitaste a salir?

- No, me lo dijo una amiga suya, dijo que tuvo que salir corriendo, pero que le pasaría mi número

- Ese no es un gran avance, Iero – Mencionó Bert, metiéndose a la conversación

- Oh, claro que lo es, apuesto a que tú ni siquiera sabías su nombre

- No necesito saber su nombre, ella ocupa saber el mío porque es lo único que dirá cuando la tenga en la cama – Mencionó con una sonrisa burlona. Frank, sumamente molesto, quiso lanzarse encima de él y golpearlo, pero Bob lo tomó y lo impidió, indicándole que no vale la pena pelearse con Bert, sobre todo cuando ha logrado ya un avance con la chica que tanto le interesa.

Para su gran sorpresa esa tarde recibió un mensaje de un número desconocido con un simple "hola", miró la foto de perfil de la que provenía ese mensaje y lo único que apreció fue esa "W" del uniforme de Claudia, la chica de sus sueños.

Simplemente no podía creerlo, ¿en serio Claudia le había escrito? No dudó en responderle de inmediato, colocando un "hola ¿Quién eres?". Sabía que era ella, pero no quería verse muy obvio. La linda pelinegra demoró en contestar, para unos minutos más tarde revelarle su nombre y comentarle que Hayley, su mejor amiga, le había proporcionado su número. Frank estaba fascinado, en serio no podía creer que estaba hablando con esa belleza. Estuvieron platicando por horas a través de Whatsapp, conociéndose un poco, ahí Frank supo que a esa linda chica le gustaba dibujar y lo más increíble es que era amante de los cómics. Su personaje favorito Batman y aunado a ello amaba las películas de StarWars y Harry Potter. Nunca había conocido a una chica que le gustara Batman y StarWars, en verdad que Claudia no sólo era una chica sumamente hermosa, sino que además tenía unos gustos increíbles, sin duda compatibles, sin duda su media naranja.

Antes de despedirse de ella se lo propuso: "Sal conmigo el fin de semana". Estaba ya en su cama, con su habitación alumbrada apenas por la pequeña lámpara de su mesita de noche. De repente se dio cuenta que estaba demasiado ansioso esperando por la respuesta de esa linda pelinegra, ¿desde cuándo le intrigaba tanto la respuesta que le diera una chica? Estaba claro, había caído por esa linda chica, se moría por salir con ella, por tomarla de la mano, por caminar por ahí, escucharla hablar, se moría por conocer su voz, seguramente tan linda como ella. Sólo ansiaba quedarse contemplando su bonita cara, esos ojos hermosos y perderse en ellos. Besarla.

En tanto pensaba en ella recibió ese mensaje que tanto estaba esperando: "Sí, claro, ¿a qué hora y dónde nos vemos?".  

Claudia (Frerard)Where stories live. Discover now