Capítulo 23

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- Frankie ¿me quieres? - Cuestionó Claudia, en tanto la tenía sentada ahí, sobre su regazo, luciendo ese hermoso vestido de porrista.

- Claro princesa. Te amo, te amo como nunca podré amar a nadie – Mencionó Frank, quedándose hipnotizado mirando esos hermosos ojos verdes de su chica, sus facciones tan delicadas, esa nariz respingada, esos labios que nunca se cansará de besar.

- Hazme el amor, Frankie – Dijo ella con la voz agitada. Eso fue suficiente para que Frank la lanzara a la cama y comenzara a besarla en los labios, sus manos recorriendo todo ese hermoso cuerpo, colándose bajo su vestido. Tomó el elástico de su ropa interior, bajándosela y ¡hay un pene!.

Volteó a mirar su rostro, estaba llorando, había un moretón en su mejilla. Pero si ni siquiera la había tocado.

- Perdóname Frankie, perdóname – Le dijo ella una y otra vez.

- No importa mi amor, ven para acá – Señaló Frank, acercándose a Claudia, enredándola con sus brazos.

- Pero soy un chico. Soy Gerard – Mencionó mientras las lágrimas recorrían sus mejillas.

- Aún así te amo – Manifestó Frank.

- ¿Lo dices en serio? - Cuestionó Gerard, encontrándose de nueva cuenta sobre el regazo de Frank. Ambos desnudos, Frank tomando a Gee de las caderas.

- En serio te amo y quiero que seas sólo mío – Expresó, alineando su pene en la entrada de Gee y escuchándolo gemir. Comenzó a embestir contra su cuerpo una y otra y otra vez, mirando esos hermosos ojos verdes llorosos, sintiéndose realmente enamorado del chico sobre su regazo. Las expresiones de su rostro le provocaban nunca querer parar de embestir ese hermoso cuerpo.

- Te amo, Frankie – Le dijo Gerard, mirándolo completamente agitado, sus mejillas sonrojadas, sus negros cabellos revueltos. Sus brazos enredados en torno a su cuello.

- Y yo a ti Gee, te amo – Le respondió mirándolo, arremetiendo una vez más contra su cuerpo, apreciando cómo echa la cabeza hacia atrás, escuchándolo gemir. Cerró sus ojos y se sintió explotar dentro del chico sobre su regazo, al abrirlos todo es completa oscuridad. Se acerca hacia la lámpara de su mesita de noche, la enciende. Está solo, en su habitación, está sudando y, ¿en serio ha tenido un sueño húmedo con un chico? Pero no con cualquier chico, con Gerard.

Ese pelinegro le está explotando la cabeza. ¿Cómo es posible que soñara con cogerse a un chico? Qué dirán Bob, Pete, peor aún, qué dirá el idiota de Bert. Ese infeliz, ese maldito idiota que siempre ha querido copiarlo en todo, ocupar su puesto como mariscal de campo, andar con las mismas chicas y ¿en serio se atrevió a tocar a Gerard? ¡No!, esperen, a Frank no le importa Gerard ¿o sí? Se estaba volviendo loco, todo por culpa de ese maldito chico con esos bonitos ojos verdes y esa carita tan angelical. ¿Qué diablos le hizo?

Claudia (Frerard)Where stories live. Discover now