De regreso a casa

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Pov de Becky.

Ya me sentía más recuperada pero no podía evitar sentirme tremendamente triste y bastante desesperada.

No poder moverme de la cintura para abajo era terrible.

Me encontraba en el día en el que me darían de alta en el hospital. Comenzaron a prepararme para que me pudiera ir y mi hermano estaba ahí listo para ayudarle a Freen a llevarme a casa pero él me dijo que tendríamos que esperar un poco porque ella tenía que hacer algo primero.

Se me hizo una buena oportunidad para iniciar un tema de conversación importante.

-Richie... -Lo llamé. -Dijiste que Freen casi no salió durante los días que estuve aquí.

-Así es. -Afirmó. -Solo salió un par de horas el tercer día.

-¿Sabes por qué olía a alcohol el día en el que desperté? -Pregunté.

-Estaba tomando alcohol de una botella de agua. -Respondió.

-¿Qué? -Cuestioné sorprendida.

Se me rompió el corazón al saberlo.

-Debiste haber tratado de impedirlo. -Comenté. -Tiene un problema con el alcohol.

Richie me miró apenado.

-No lo sabía, Becky. -Aseguró. -De haber sabido hubiera tratado de hablar con ella.

-No sé qué voy a hacer para sacarla de eso. -Admití.

Mi hermano me observó con tristeza y justo antes de que él pudiera agregar algo, llegó Freen.

-Listo. -Dijo. -Ya nos podemos ir.

Había llegado con una silla de ruedas para mí.

Entre los dos me acomodaron y me sacaron del hospital.

Al salir al estacionamiento estaba buscando mi carro o el de mi hermano  pero Freen me dirigió a uno que no conocía.

-¿Qué haces? -Pregunté confundida.

-Compré este nuevo. -Contestó. -Está adaptado para que te sientas más cómoda mientras tanto.

¿Había comprado y adaptado un carro solo para que yo estuviera más cómoda?

Era el ser humano más lindo del mundo.

Sonreí con lágrimas en los ojos y volteé a ver a mi hermano que también se encontraba sonriendo.

Entre los dos me subieron al carro. 

Freen subió  al lado del conductor y mi hermano se quedó abajo.

-Puedes venir con nosotras, si quieres. -Sugirió Freen.

-Más tarde las alcanzo. -Respondió mi hermano. -Te iba a decir que después hablamos acerca de los gastos, para que no los administres tú sola.

Freen sonrió.

-No te preocupes por eso. -Contestó. -Después lo hablamos con calma.

Él sonrió, se despidió de mí y Freen aceleró con dirección a su casa.

Yo no podía dejar de mirarla durante todo el camino.

Todo lo que estaba haciendo por mí era el acto de amor más grande del mundo.

-Es la primera vez que te veo manejando carro. -Comenté.

Ella sonrió.

-Tú manejas mejor que yo. -Aseguró.

Sonreí también.

-¿Qué vas a hacer con el carro cuando ya no lo necesite? -Pregunté.

-Donarlo. -Respondió al momento. -También pienso contratar un conductor mientras tanto.

Almas Reencontradas - FreenbeckyΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα