Almas Reencontradas - Freenbecky

La cadena.

Pov de Becky.

Cuando llegamos a su casa, nos bajamos del carro y hacía demasiado frío. Lo habíamos notado desde que salimos de la reunión, pero esta vez se sentía más intenso.

Nos apresuramos a entrar, cuando ya estábamos adentro. Dejamos nuestras cosas sobre el sofá.

-Veré si recuerdo cómo encender la chimenéa. -Dijo Freen.

-¿No tienes calefacción como una persona normal? -Pregunté.

-Una disculpa. -Contestó riéndose. -Se ve más artística la chimenéa.

Abrió la puerta y salió de la casa.

Yo me senté justo enfrente de la chimenea para empezar a sentir el calor en cuando la prendiera.

No tardó tanto y volvió a entrar, esta vez con varias ramas.

La miré confundida.

-¿De dónde las sacaste? -Cuestioné.

-El jardinero las deja específicamente para encenderla cuando lo necesite. -Dijo. -Cuando viene a arreglar mi jardín.

Asentí.

Ella se agachó y colocó las ramas. Tomó una hoja de papel de una de las libretas que estaban sobre la mesa y le prendió fuego. La tomó y la puso debajo de las ramas.

Cada vez me sorprendía más.

-¿Cómo es que sabes hacer tantas cosas? -Pregunté sorprendida.

-Hay que estar preparado para todo. -Respondió. -Son solo cosas básicas.

Enseguida prendió la chimena.

Yo temblaba de frío.

Ella se levantó y se dirigió a su habitación.

Cuando regresó, apagó las luces.

Ella traía una cobija que minutos después puso sobre mí.

Cuando terminó, se sentó en el piso al lado de mí.

-¿Estás molesta conmigo? -Preguntó preocupada.

-¿Por qué lo estaría? -Pregunté de vuelta.

-Fue bastante incómodo lo que pasó en la fiesta. -Comentó.

-Como tú lo dijiste... -Agregué. -Lo importante es quien está contigo ahora.

Ella sonrió.

-No estoy molesta contigo. -Negué. -Todo lo contrario.

Ella me miró y sonrió.

Con mi dedo índice empecé a dar pequeños golpes en su mano.

La miré fijamente durante varios segundos.

La atmósfera del momento era perfecta.

No aguantaba un segundo más sin sentirla.

Me incliné levemente y le di un beso corto, seguido de muchos otros. Ella puso su mano en mi rostro y empezó a alargar la duración de los besos.

Sin dejar de besarla, me levanté de donde estaba para sentarme en su regazo. Escuché su respiración empezando a acelerarse. La empujé sutilmente hacia atrás para que quedara completamente recostada y me desabotoné la camisa hasta que me la quité por completo.

Ella veía detenidamente cada uno de mis movimientos.

Volví a acortar la distancia entre su boca y la mía con un beso.

-Beck. -Dijo rompiendo el momento.

La miré confundida y me quité de sobre de ella para sentarme en donde estaba al principio.