Casi...

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Pov de Becky.

Estaba en la casa con Richie tratando de encontrar una manera de solucionar todo cuando en mi celular apareció una llamada de Freen.

La contesté al momento.

Se escuchaba que había tomado.

Mucho.

Tomé mis cosas y traje un abrigo extra para ella.

-¿A dónde vas tan tarde? -Preguntó mi hermano.

-Freen está borracha. -Respondí. -Tengo que ir a buscarla.

-Espera, te acompaño. -Dijo.

-Gracias Richie, pero no. -Me negué.

Él aceptó y yo salí rápidamente a buscar mi carro.

Me había dicho que estaba en un bar muy popular.

Los más populares eran los del centro de la ciudad y eran aproximádamente tres. No sabía por dónde empezar a buscar.

Manejé hasta el centro y me bajé en el primer bar.

No estaba ahí.

Entré al segundo que estaba  a unos pocos metros y tampoco estaba ahí.

Estaba empezando a desesperarme y ella no atendía el teléfono.

Volví a subirme al carro para dirigirme al tercer bar que se encontraba a unas cuantas cuadras de distancia.

Entré y la observé de espaldas.

La reconocería en cualquier lugar.

Además, tenía la misma ropa con la que la había visto en la mañana.

Comencé a acercarme y noté que estaba con varias mujeres que ya había visto antes cuando fue la reunión.

También escuché que le pedían que besara a Jaimee a quién también reconocí. Freen se negaba rotundamente.

Me molesté enseguida, no con Freen, con ellas. Por intentar aprovecharse de ella mientras estaba tomada.

Me acerqué e interrumpí su jueguito.

-Dijo que no quiere. -Comenté. -¿No la oyeron?

Freen volteó a mirarme.

Ellas me miraron también sin saber que decir.

-Hola, mi amor. -Me saludó enseguida. -¿Cuándo llegaste?

Se paró de su asiento como pudo y me saludó con un beso.

Había tomado demasiado.

Me dolió el corazón.

Casi no podía mantenerse de pie.

-Siéntate un momento. -Le pedí.

La ayudé a sentarse y comencé a ayudarla a ponerse el abrigo que le había llevado.

-Estábamos jugando. -Dijo Jaimee. -No tienes que molestarte.

La miré molesta.

-Está ebria. -Le recordé. -¿Alguna se tomó la molestia de preguntarle si estaba bien o si necesitaba algo?

Nadie dijo nada.

-¿Alguna evitó que siguiera tomando? -Cuestioné molesta. -Tengan decencia humana si les está diciendo que no quiere hacer algo, mínimo.

-No nos culpes por algo que probablemente solo sea culpa tuya. -Comentó. -Quién sabe que le hiciste para que esté así.

-No es culpa suya. -Agregó Freen. -Ella me ama.

Almas Reencontradas - FreenbeckyTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon