CAPITULO XXXI

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— ¿EDARA PUCEY? —

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— ¿EDARA PUCEY? —

Las palabras de Harry aun resonaban en la cabeza de la pelirroja, ¿de que manera pudieron raptar a Sirius de Grimmauld Place?

Sabia que no podía ser y algo había detrás de eso, mas que nada porque la casa de los Black estaba bajo el encantamiento fidelio.

— ¿Estas seguro? — le preguntó la chica y Harry termino golpeando la pared mas cercana. — ¡Cálmate!

— ¡No me pidas que me calme, probablemente están matando a Sirius! — exclamó Harry. El chico estaba notablemente nervioso y alterado.

— ¡Me importa Sirius de la misma manera que a ti! — ahora fue el turno de Tassia. — Pero, antes de hacer una locura debemos asegurarnos de que no se encuentra en Grimmauld Place.

— Eso — Hermione se metió en la platica. — Podríamos ir a la Oficina de Umbridge.

— ¿Para que quiero ir ahí? — preguntó Harry, irritado.

— Para usar la chimenea, supongo — Tassia le respondió. — Es la única que no esta vigilada.

Harry asintió, comprendiendo. — Debemos planearlo y hacerlo cuánto antes.

Ron, Hermione y Tassia compartieron una mirada entre ellos, no podía salir bien aquello.

Tassia caminaba detrás de Umbridge, la había hecho creer que Peeves estaba destrozando el aula mas alejada de su oficina.

Hasta el momento les estaba dando el tiempo suficiente para verificar la presencia de Sirius en Grimmauld Place y salir de la oficina.

Pero, Tassia no contó con que Peeves estaría platicando con el Baron Sanguinario y cuando Umbridge noto eso, miro hacia la pelirroja.

— Vamos a mi oficina, señorita Weasley — la profesora dijo y Tassia maldijo.

Esperaba que Harry ya hubiera salido, pero, al llegar ahí se encontraron a Hermione sosteniendo la capa de invisibilidad del Potter y Harry estaba arrodillado frente a la chimenea con la cabeza en ella.

Vio como Umbridge tomo de la parte trasera de la cabeza y lo jalo hacia afuera, vio la decepción del chico y después paso la mirada hacia Hermione y Tassia.

La Brigada Inquisitorial no tardo en llegar pero traian con ellos a Neville, Luna, Ginny, Ron y para sorpresa de varios, Daphne.

I did It for love | Theodore NottWhere stories live. Discover now