Por generaciones los Weasley habían pertenecido a la casa de los valientes de corazón, a Gryffindor. Pero con la llegada de Tassia Weasley a Hogwarts pareció que ella llegó para ir en contra de todo lo que en su familia había sido por décadas.
¿Que...
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— ALGO MEJOR O NO...—
La estadía en Grimmauld Place estaba siendo un poco más placentera para Tassia Weasley. Molly la había apartado, dejando que Ginny y Hermione compartieran habitación, así que a Tassia le asignaron una habitación para ella sola.
Aquello era bueno, exceptuando que el lugar estaba totalmente inhabitable, la cama estaba cubierta de polvo y la chica no podía dar un paso sin estornudar anteriormente.
La primera noche intentó limpiar, pero le fue imposible y termino arrojando un pequeño jarrón hacia la pared ocasionando que algunos pedazos salieran volando en todas direcciones.
La chica no había previsto que alguien escuchara aquello y cuando menos lo pensó vio a Sirius Black analizando la habitación con su mirada. El hombre hizo un movimiento de varita y el lugar quedo presentable. Después le hablo a Kreacher y el elfo cambio el juego de sabanas de la cama colocando unas nuevas en color verde.
Sirius no pregunto nada mas y cuando se aseguro que la chica dormiría cómodamente fue cuando se retiro de la habitación.
Ya habían pasado casi dos semanas desde aquel dia, en ese momento era la hora de comer y Tassia solo revolvia su comida de un lado a otro.
Si bien, ahora tenia la posibilidad de comer como debía y así, la chica simplemente no tenia apetito. Con el simple olor de comida el estomago se le cerraba y ella solo podía probar pequeños bocados, en ocasiones ni siquiera podía pasar el alimento y terminaba escupiéndolo discretamente.
Ese día tenían la tarde libre, ya que habría una reunión y ellos no tenían permitido estar ahí. Tassia había recorrido un poco la casa y se había encontrado con diversos objetos profanados con magia oscura. Pero du mayor descubrimiento lo hizo aquella tarde, cuando un gran bulto en la sala de estar le llamo la atención y descubrió un magnífico piano.
— Recuerdo a mi Reggie pasarse sentado horas ahí — Walburga decía. — Mi bebé, han sido largos años desde que se encamino a aquella misión suicida.
— ¿Quién es Reggie? — preguntó la chica y la mujer sonrió.
— Mi hijo menor, mi orgullo y lo que mas ame en vida — respondió la señora Black.
Tassia jamas había escuchado que Sirius tuviera un hermano, mucho menos que hubiera muerto y lo que mas le sorprendió fue ver a Walburga Black de aquella manera.
La pelirroja pensó que no estaría bien meter el dedo en la llaga y se sentó frente al piano, jamas había tocado pero observo a Draco en miles ocasiones hacerlo. Completamente decidida comenzó a presionar teclas que mezcladas entre sí desencadenaban una bella melodía.
El único ruido en la habitación era el del piano, Walburga observaba a aquella Weasley tocar el piano de manera tan fluida y estaba disfrutándolo. Tassia volteo hacia el retrato cuando termino y se encontró a Walburga con una sonrisa.
— Esta sonriendo — dijo Tassia.
— Tocas hermoso, me recuerdas tanto a... a... — parece que la mujer Black no quería terminar lo que estaba diciendo y Tassia sonrió.
— Me halaga recordarle a alguien, no es necesario saber a quien — respondió la chica y de repente escucho la puerta principal ser azotada.
— ¡Mundungus, como siempre! — exclamó una voz femenina y Tassia. — ¡Los dementores atacaron a...!
En aquel momento se escuchó otra puerta ser azotada y la voz fue cortada, Tassia frunció él entrecejo y trato de pensar.
Había escuchado que todos se turnaban de cierta manera para vigilar y cuidar de Harry mientras el estaba encerrado en la casa de sus tíos, así que, fácilmente pensó que Harry había sido atacado por aquellas criaturas mágicas.
Lo extraño es, que se supone que solo están en Azkaban, la presión mágica, se supone que son mandados por el ministerio de magia y pensó que alguien no quería que Harry regresara a Hogwarts, de nuevo.
Tassia suspiro mientras se recostaba en el sillón del piano. Walburga había quedado relajada después de que Tassia tocara y parecía descansar un poco después de doce años.
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— Espero y no mantengan a Harry por mucho tiempo ahí — decía Sirius a Lupin y Arthur. — Sabemos el trato que recibe mi ahijado en ese lugar.
— No te preocupes, Sirius — Lupin dijo. — Yo mismo iré por el, Dumbledore solo quiere que el plan quede muy bien organizado.
Sirius no parecía muy contento de tener a Harry lejos, no quería que aquel chico siguiera sufriendo y estaba pensando que en cuanto obtuviera su libertad podrían vivir juntos. Quería que aquel chico sintiera la felicidad que le fue arrebatada aquella trágica noche de Halloween y una pelirroja se le vino a la mente.
— También quiero un trato igual a Tassia — dijo el Black y Arthur frunció las cejas.
— ¿Mi hija?, estoy seguro que mi mujer trata de igual manera a todos nuestros hijos — Arthur estaba demasiado confundido.
— Te equivocas, Arthur — Sirius le dijo. — La pobre chica cuando llego aqui estaba sobre los huesos y se nota a leguas el obvio favoritismo que tiene Molly por Bill y Ginny, a Ron y los gemelos los trata de buena manera pero a Tassia... parece que la aborrece.
Arthur se quito las gafas y escondió su rostro entre sus manos.
¿Que mas hace Molly a sus espaldas?
Suspiro mientras alzaba su rostro y se colocaba las gafas.
— Hablare con Molly.
Después de decir aquello se puso de pie y salió de ahí, el padre de los Weasley estaba dispuesto a solucionar aquella situación.
