Por generaciones los Weasley habían pertenecido a la casa de los valientes de corazón, a Gryffindor. Pero con la llegada de Tassia Weasley a Hogwarts pareció que ella llegó para ir en contra de todo lo que en su familia había sido por décadas.
¿Que...
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— LLEGADA DE LOS OTROS COLEGIOS —
No habían sucedido más altercados con Moody, tampoco habían pasado cosas interesantes. El mes de septiembre había terminado y le dio paso a Octubre, una semana antes de que el mes concluyera fue que un anuncio importante había sido colgado.
– Entonces, ¿la clase de Snape se verá interrumpida? – pregunto Daphne mientras caminaban por las mazmorras.
– Media hora antes – Draco afirmó.
Después de el pequeño intercambio de palabras entre Daphne y Draco ninguno había vuelto a hablar. Los tres solían ser muy callados, el tiempo juntos solían pasarlo disfrutando del silencio mientras la suave brisa del lago negro les daba en el rostro o el ruido de las antorchas les transmitían tranquilidad a cada espacio de su cuerpo.
Sin duda alguna su amistad no era como la de Ron, Harry y Hermione, no tenían miles de aventuras cada año o discusiones tontas de por medio, tampoco parecían ir tras el peligro cada que podían. Tassia, Draco y Daphne eran muy parecidos entre sí, pero, siempre había algo que los diferenciaba del otro. Un ejemplo es que los tres son sangre puras, pero sus familias son vistas de diferentes maneras bajo la comunidad de magos, o también que solían hablar con sarcasmo en la mayoría de ocasiones.
Su amistad había comenzado de alguna forma extraña, Daphne y Draco se conocían de años anteriores a su llegada al colegio. En fin, ambos rubios se encontraban sentados juntos en un compartimiento y Daphne se levantó cuando vio una cabellera rojiza pasar por el pasillo, se apresuró a llegar hasta la puerta y cuando la abrió soltó un grito hacia la chica pelirroja, cuando dio la vuelta pudo apreciarla mejor e hizo una seña al compartimiento.
Después de eso y que Tassia entrara al compartimiento fue que conectaron, su amistad comenzó y se mantiene. Ninguno de los rubios ocultó su sorpresa al enterarse que la pelirroja era una Weasley, se quedaron aún más asombrados al no querer alejarse de ella y cuando los tres quedaron en Slytherin fue que su amistad solo se terminó de moldear.
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La clase de Snape ya había sido interrumpida, así que todos los alumnos se encontraban en la escalinata del castillo esperando a los alumnos extranjeros.
Daphne se encontraba mostrando sus uñas hacia Tassia cuando uno de los alumnos de primero gritó llamando la atención de los que se encontraban a su alrededor.
– ¡No seas tonto! Es una casa voladora – decía el pequeño, quien no estaba muy equivocado ya que era un carruaje jalado por corceles.
Algunos debieron hacerse hacia atrás cuando el carruaje aterrizó y de ahí bajo una mujer muy alta, incluso más alta que Rubeus Hagrid. No bajaron más de veinte chicos que estaban entre los diecisiete y dieciocho años, todos ellos tiritaban de frío mientras su directora y el de Hogwarts se saludaban, terminaron por entrar al castillo y el silencio volvió a instalarse en el lugar.
Draco había comenzado a arrancar pedazos de pergaminos y hacerlos bolita, después procedía a lanzarlos a alumnos que se encontraran frente a él. Uno de esos papelitos cayó en la oreja de Ron y Tassia se tapo la boca cuando una risa amenazaba con salir. Harry miró hacia atrás y al ver a su novia aguantarse la risa, Daphne que había desviado la mirada rápidamente y a Draco seguia lanzado bolitas de pergamino, supo que de ahí provenía lo que sea que esté en la oreja de su mejor amigo.
Unas burbujas comenzaron a hacerse en el lago negro y Harry dijo que era un mástil cuando algo comenzó a emerger de las profundidades. Harry no estaba del todo equivocado, los alumnos de Durmstrang habían llegado en un barco.
– ¡Es Krum! – escuchó Tassia y después sintió a alguien apoyarse en sus hombros, cuando dio la vuelta se encontró con Ron, parecía emocionado al ver a su jugador de quidditch favorito.
– Ron, tranquilízate – Daphne hablo dirigiéndose hacia el pelirrojo. – Habrán suficientes meses para que consigas hablar con el.
Ron asintió hacia la rubia y Tassia enredó su brazo en el de su hermano así que juntos caminaron hacia el gran comedor. Ya en las puertas del lugar, Ron despeinó el cabello de su hermana y se dirigió hacia la mesa de Gryffindor.
Tassia se dirigió hacia donde se encontraban Draco y Daphne ya sentados, la pelirroja se sentó y no mucho después un alumno de Durmstrang se sentó a su lado. Ella volteó a verlo y se encontró con una mirada hosca y ella no tardó en desviarla hacia Draco que se dirigía a Viktor Krum.
El banquete estuvo delicioso, pero Tassia no podía estar del todo cómoda cuando tenía el par de ojos del chico búlgaro sobre ella. Sentía que analizaba todos sus movimientos y no perdía de vista ninguno de ellos.
– Yordan – escuchó una voz rasposa y al levantar su mirada vio que el chico a su lado hablaba con alguien. Supo que ese era su nombre, no buscaba saberlo pero simplemente lo hizo.
Cuando todos habían terminado de comer, que disgustaron los postres y se encontraban satisfechos con la comida que los elfos habían preparado fue que Dumbledore había hablado sobre el torneo de los tres magos.
El cáliz de fuego sería colocado en el vestíbulo y ahí mismo todo aquel que quisiera participar debía arrojar un pergamino con su nombre y colegio anotado. Los campeones se elegirían después del banquete de Halloween y solo aquellos que son mayores de edad podrían participar.
Después de eso, Dumbledore los mandó a dormir y el trío de Slytherin se dirigieron hacia la mazmorra.
