dieciséis

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⎯ Joder, eres mi padre.⎯ dice asqueada alejándose del señor que la miraba con seriedad teniendo las manos dentro de los bolsillos delanteros de su pantalón.⎯ ¿No te da asco decir esas cosas sobre tu propia hija?

Lissandro nunca había llegado a abusar directamente de Lilith, pero ella se sintió incómoda desde que comenzó a desarrollarse, esas miradas extrañas que su padre le daba, como siempre buscaba quedarse a solas con ella en casa, y en ocasiones hasta la espiaba mientras ella se tomaba una ducha. Le tocaba la espalda baja cuando nadie veía, besaba la comisura de sus labios y enfurecía cuando utilizaba escotes, a menos que sean pijamas y éste en casa, por esa razón sus pijamas de verano eran tan jodidamente cortos que Lilith prefería tomar agua del baño de su habitación antes que salir de la misma, su padre siempre encontraba la forma de cruzársela estando a solas en la oscuridad y la hacía sentir muy incómoda. También le había prohibido perder su virginidad, la quería mantener intacta como si fuera una muñeca, y Lilith nunca supo si su objetivo era abusar de ella siendo virgen, según sabía los hombres sentían mayor placer, pero de igual manera nunca sucedió eso.

Por suerte.

Le había contado a su madre a los 15 años, esa noche Lilith la vió llorar en la oscuridad de la cocina, y pensó que se había puesto de esa forma porque su marido era un pedófilo con su hija, pero la verdadera razón por la que Lilian lloraba era porque Lissandro quería cambiarla por su propia hija. Moría de envidia al verla y saber que era igual a ella, si la comparaba con fotos de su adolescencia se podía encontrar un parecido tan grande que tranquilamente se podían comparar con ser primas o algo así. No podía permitir que su marido esté con su hija, no solo porque sería abuso y arruinaría la imagen de su familia, sino que no iba a dejar que Lilith ocupe su lugar. Ese era el mayor motivo por el cual su madre comenzó a odiarla, no aceptaba que Lissandro era quien tenía la culpa de todo, y prefirió culpar a una adolescente en pleno desarrollo de estar "provocándolo", y eso obvio que le dolió a Lilith. Luego de ella, nadie sabía, ni siquiera su hermano Leonel, porque de saberlo no la dejaría a solas con él como en ese momento.

⎯ Solo digo la verdad.⎯ levantó los hombros, como si decir que gustaba de su propia hija no fuera algo grave. Lilith quería volver a Corea del Sur, allí estaba mucho más segura que en su país de nacimiento, el cual aborrecía gracias a su familia.⎯ ¿Por qué crees que tu madre te odia tanto? Porque te tiene envidia.⎯ le recordó y ella tragó saliva, una madre no debería sentirse así con su hija, un padre no debería mirar con esos ojos a su hija. ¿Por qué le había tocado una familia tan de mierda, con tantos locos?⎯ Eres más hermosa que ella y no podía aceptarlo.

Lilith y su madre nunca fueron precisamente cercanas, desde antes de saber eso tampoco lo eran, sus sospechas se llevaban a que ahora Lilian no era la única mujer de su familia, y eso la molestaba. Siempre la excluyó, al ser la hija del medio casi que pasaba desapercibida, la luz de los ojos de su madre siempre fueron Leonel y Lake, y tal vez siempre fue así porque de alguna manera sabía que Lilith no tendría un buen futuro y la decepcionaría. Ella no fue la madre compañera que todos quieren, la que hace galletas y leche caliente para ver películas en invierno, con la que salen de compras, toman un café entre risas, y se abrazan, pensando que nunca querían perder a la otra. No, Lilian nunca cumplió nada de todo eso, en una ocasión hasta se olvidó del cumpleaños de su propia hija, y ella se la pasó llorando todo el día hasta que Leonel le llevó un pastel hecho por él mismo, era el único que no se había olvidado el cumpleaños, o por lo menos el que no fingía haberlo hecho.

Nunca dejó de afectar que su madre sea de esa manera, siempre iba a formar una presión horrible en su pecho, recordar que sus compañeras tenían una relación muy unida con sus madres le hacía doler el corazón, porque lo más cariñoso que Lilian hizo por ella fue comprarle su primer vehículo, tenían dinero hasta donde el cielo llegaba, así que eso tampoco era un gran acto de amor, menos cuando a su hermano menor le regaló un deportivo a sus 15 años, donde no podía manejar todavía. Lilith buscaba amor materno en cualquier otra madre que no sea la suya, pero tampoco tenía amigas muy unidas como para querer a sus madres, así que nunca se crió con el amor de una, no sabía lo que se sentía que mamá te ame. Esa era una de las tantas razones para no tener hijos; no sabe cómo se da un amor de madre porque ella nunca lo recibió, no tiene una referencia en la que pueda basarse, y no quería que más niños pasen lo mismo que ella.

Illegal| pjm.Where stories live. Discover now