La marca que nos une [KaiSoo] (Lobos 1)

다섯: La Luna Nueva

Bien, en retrospectiva, KyungSoo realmente deseó no ser tan cabezota y quedarse en la cocina mientras su jefe se encargaba de ello, pero no había vuelta atrás, debía enfrentarse a la guarida del lobo.

Tomó una respiración profunda y se acercó con paso seguro a la mesa ocupada por diez personas: nueve hombres y una mujer.

—Buenas tardes —saludó inclinándose frente a ellos—, me parece que pidieron verme —pronunció manteniendo la mirada fija en la mesa y las manos entrelazadas en la espalda, listo para lo que tuvieran que decirle.

—¡KyungSoo! —Exclamó el hombre de cabellos color oscuro que había conocido hace unos días.

—NamJoon, ¿cómo estás? —Pronunció ofreciendo una suave sonrisa antes de asentir a los demás, quienes respondieron con algunas miradas frías y ciertas sonrisas burlonas.

La sonrisa que recibió en señal de saludo del hombre alto y el cabello rubio como la arena, al que ayudó con su vestimenta durante la boda, lo hizo estremecer. Su pelo estaba suelto ahora, con la raya al centro enmarcando su bello y casi simétrico rostro, haciéndolo ver en extremo apuesto, sobre todo por el traje completamente oscuro que llevaba puesto.

—Déjame presentarte a mi familia —pronunció NamJoon con sus adorables hoyuelos a la vista—, empezaré por el más joven, TaeHyung —dijo señalando a un chico de cabello negro y rostro apuesto sentado a su izquierda, quien observó a KyungSoo con sorpresa al no esperar ser nombrado primero, y le dedicó una tierna sonrisa cuadrada.

KyungSoo asintió y sonrió respondiendo al saludo.

—Luego tenemos a JongIn —indicó NamJoon señalando al hombre de cabello rubio sentado frente a él, quien no tardó en ofrecer una sonrisa brillante al chef, casi quitándole el aliento por lo apuesto que era—. JongDae —presentó señalándole a un hombre de cabello castaño sentado entre los previamente nombrados, quien mantenía una sonrisa burlona, haciendo notar la forma naturalmente curvada de sus labios, y el poco interés que tenía en conocerlo.

El chef asintió mostrando que estaba escuchando y no desfalleciendo al notar la atención del nombrado JongIn fija en él.

—Yo soy el mayor como te comenté —rió ligeramente avergonzado antes de aclararse la garganta y continuar—. Ella es nuestra madre, Seo YeJi —pronunció con suavidad al señalar a la hermosa mujer de piel pálida y cabello negro sentada prácticamente al centro de todos—. Y por último, el más importante; nuestro padre, nuestro líder y el Alcalde del condado: Kim SooHyun —pronunció con un obvio tono de respeto y admiración que provocó en KyungSoo las ganas de arrodillarse y presentarle sus respetos.

Los demás no fueron siquiera reconocidos.

—Es un placer conocerlos a todos, soy Do KyungSoo —se limitó a decir antes de ofrecer una profunda venia.

—Él es la pareja de JunMyeon —explicó NamJoon y el chef tuvo ganas de taparle la boca con su puño.

La sonrisa antes presente en el rostro del nombrado JongIn fue decayendo hasta desaparecer por completo, dejando solo un profundo surco entre las cejas de su apuesto rostro, lo que mortificó al chef hasta lo más profundo de su alma por el extraño revoltijo estrujando su estómago.

—¡Cierto! ¡Es un placer conocerte, bienvenido! —Proclamó el hombre mayor poniéndose de pie, luciendo una altura igual de notable que la de sus hijos. Era apuesto, de ojos pequeños como su primogénito y sonrisa igual de inocente que la de su hijo menor, de cabello negro, piel canela, mirada segura y porte firme; todo en él gritaba dominio.

Cuando se inclinó ofreciendo su mano, KyungSoo no dudó en estrecharla y sonreírle con respeto.

—Gracias, señor —pronunció tímido.