셋: ¿Es... es obligatorio?

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—¿Okay? ¡¿OKAY?! —Repitió JunMyeon comenzando a gritar.— ¡Te dicen que es imposible que me sienta atraído hacia ti y ¿lo único que puedes decir es 'okay'?!

KyungSoo frunció el ceño.

—Él no dijo eso.

—¡Es obvio! ¡No eres una mujer! —Exclamó el castaño con rabia.

—Jun, cálmate —ordenó el alto pelinegro mientras el de cabello oscuro se acercaba a KyungSoo.

—Ven conmigo —pidió con la misma sonrisa conciliadora de antes.

El más bajo asintió y lo siguió fuera del estudio a través del patio, desde donde se veía la cantidad de gente reunida en el salón del trono.

KyungSoo quedó boquiabierto, ¿de dónde habíann salido tantas personas si hasta hace poco había estado todo vacío?

Entendió entonces los trajes elegantes que todos estaban usando y se sintió nuevamente incómodo al recordar los trapos que se hallaba vistiendo

—Estoy interrumpiendo algo, ¿verdad? —Dijo mirando al de cabello oscuro con pesar, el hombre sonrió divertido y negó.

—¿Cuál es tu nombre? —Preguntó ingresando a una pequeña sala del otro lado del gran patio.— Con toda esa locura no pudimos presentarnos correctamente.

—Do KyungSoo —respondió el pelinegro inclinándose levemente.

El hombre de cabello oscuro imitó su gesto y le ofreció su mano para que la estrechara.

—Kim NamJoon, mucho gusto.

Le señaló uno de los cojines apilados en la esquina de la habitación y tomó otro del lado contrario para entonces acomodarse frente a KyungSoo y esperar a que se sentara sin perder su calmada sonrisa.

—¿Eres el líder? ¿Estoy en problemas? —Cuestionó el pelinegro arrodillándose formalmente sobre el cojín.

NamJoon rió volviendo a exhibir sus hoyuelos y negó.

—No, puedes estar tranquilo. Soy algo así como el representante de los humanos en el pueblo, por eso JunMyeon quiso que te enseñara las reglas —explicó—, y creí que ambos necesitaban un poco de tiempo separados para calmarse.

—Sobre todo él —soltó KyungSoo sin poder evitarlo.

NamJoon alzó una ceja, curioso; el pelinegro resopló, cansado.

—Ha estado gruñendo desde que lo conocí. No parece muy feliz de haber encontrado a su pareja.

—Lo está, seguro que sí —dijo el más alto expandiendo su sonrisa—; pero debes comprender que aceptar el cambio no es fácil, lleva tiempo y...

Sacudió la cabeza y suspiró.

—Déjame contarte una historia.

Se aclaró la garganta.

—Había una vez, un pequeño pueblo donde residían dos fuertes clanes, los cuales solían enfrentarse siempre a causa de su hambre de poder y territorio, uno siempre queriendo superar y aniquilar al otro.

Suspiró.

—Un día, durante una cacería, los grupos comandantes de ambos bandos se encontraron en medio del bosque y, como siempre, comenzaron a luchar; pero entonces, el viento corrió entre ellos y les mostró a ambos capitanes que se encontraban enfrentándose a su propia pareja.

KyungSoo levantó una ceja ante la versión lobuna de Romeo y Julieta que el más alto estaba contando, divirtiendo a NamJoon.

—Lo sé, somos un cliché, pero eso es lo que pasó, lo juro —dijo levantando su mano derecha—. Obviamente al notar que éramos el uno para el otro, ambos detuvimos la batalla y ordenamos una tregua para dejar a nuestros soldados curar sus heridas y así tener la oportunidad de hablar.

La marca que nos une [KaiSoo] (Lobos 1)Where stories live. Discover now