넷: No hueles a él

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Habían muy pocas cosas que KyungSoo genuinamente disfrutaba, una de ellas era sentir el aire bailando en su cabello y los rayos del sol acariciando su pálida piel, por lo que estuvo encantado cuando supo que el restaurante donde estaba pidiendo empleo tenía una terraza al aire libre donde podría disfrutar de sus descansos.

—Toma, sírvete —anunció el dueño del lugar mientras le entregaba una taza de té recién hecho.

—Gracias —respondió KyungSoo con una suave sonrisa, admirando nuevamente al hombre alto, de ojos y cabello oscuros y piel vainilla que junto a su esbelta figura y rasgos angulosos lo convertían en uno de los hombres más apuestos que había visto en su vida.

—Sabes, con el currículum del que dispones podrías bien estar trabajando en Seúl o en el extranjero —dijo el dueño antes de dar un sorbo a su propia taza—. ¿Por qué quedarte en Chilgok-gun?

—Es usted muy amable, señor Kim; pero...

—Solo WooBin, por favor —corrigió con una sonrisa cálida.

—WooBin —KyungSoo sonrió—. Me hubiera gustado mucho quedarme en Kyoto cuando me lo propusieron, o abrir mi propio espacio en Busán; pero extrañaba mucho a mi hermana y...

Se encogió de hombros y suspiró.

—Pensé que podría venir a quedarme en Daegu un tiempo mientras la convencía de ir conmigo; pero tuvimos un accidente y... todo se complicó.

El mayor frunció el ceño y estiró su brazo para dar un par de palmadas en el hombro de KyungSoo en señal de apoyo.

—Lo lamento, ¿cómo se encuentra ella?

Los ojos del más bajo se inundaron rápidamente de lágrimas.

El mayor no pudo evitar pasar su mano por el cabello contrario y acariciarlo con cariño.

—Lo siento —se disculpó KyungSoo rápidamente—, no quiero incomodarlo, yo solo...

—No te preocupes —dijo el mayor acercándose más al que sería su futuro empleado.

—¿Ni cinco minutos y ya lo hiciste llorar? —Dijo una mujer acercándose a ellos.

—Yo no hice nada —se quejó WooBin con una sonrisa antes de ponerse de pie para ayudar a la hermosa mujer de piel pálida, cabello oscuro y hoyuelos enmarcando su sonrisa, con la bandeja de bocaditos que traía consigo.

—Perdonen, todo es mi culpa —dijo el menor poniéndose de pie y limpiándose las mejillas. Ella negó tranquilamente y se acomodó a su lado en la mesa que estaban compartiendo.

—KyungSoo, déjame presentarte a Shin MinAh, mi esposa —dijo WooBin con cariño.

—Un placer —declaró ella extendiendo su mano, el menor la tomó y se inclinó al mismo tiempo.

—El placer es mío.

—KyungSoo aceptó ser mi Chef principal —contó WooBin con una sonrisa brillante—, se comprometió a empezar mañana mismo.

—¡Qué bueno! —Celebró ella levantándose para poder abrazarlo.

El menor rió y respondió a la muestra de cariño con el mismo entusiasmo.

—¿Ya tienes un lugar dónde quedarte? Contamos con una habitación extra en casa si la necesitas —ofreció ella volviendo a sentarse.

El menor se limitó a sonreír sin saber cómo responder; no había razón para mentir, pero tampoco se sentía cómodo hablando de su situación cuando aún se encontraba caminando sobre cáscaras de huevo con JunMyeon.

La marca que nos une [KaiSoo] (Lobos 1)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt