CAPÍTULO 35- PRIMERA PARTE

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All my tears have been used up

-Another love- Tom Odell

Desperté.

Sin embargo, tenía pesadez en todo mi cuerpo, como si una piedra me hubiera arrollado completamente. Los músculos los tenía doloridos y entumecidos.

Al abrir mis ojos en su totalidad, me encontraba recostada en un incómodo mueble de una sala muy amplia, enfrente había una mesa pequeña y encima un hermoso adorno floral. No tardé en sentarme para poder prestar atención a los demás detalles.

No era la casa de Haysel.

¿Dónde me encontraba?

La oscuridad de la noche dificultaba un poco mi visión, al menos logré ver en uno de los sillones a un hombre de barba negra de unos 45 años aproximadamente. Él se levantó de inmediato caminando hacia mi. Sin darme tiempo a reaccionar sujetó mi muñeca jalándome bruscamente hacia él, todo fue tan repentino que un dolor me invadió en el centro de mi abdomen. Al bajar la mirada tenía atravesado una daga.

Del susto me desperté. Mi pulso estaba acelerado, mi corazón a punto de salirse del pecho.

Ahora reposaba en el regazo de Haysel rodeándome con sus brazos protectores acariciando mi mejilla con mucha ternura.

—¿Qué estabas soñando?—me preguntó muy cariñosamente Haysel.

—No se que me pasó, no entiendo por que me desmayé si estaba bien— respondí en un tono débil

—Disculpa Lyn, era un ejemplo de cómo la iba a lastimar, no era mi intención de ir muy lejos— me comentó en un susurro sujetando con delicadeza mi mejilla—¿Estás bien?.

—Si, solo que me comenzó a dolor la cabeza.

Seguía acariciándome bajando con lentitud su mano hasta mi cuello haciendo una ligera presión que podía aguantar.

—Lyn, en esta vida eres una niña estúpida.

Lo miré a los ojos y en ellos no transmitían nada que no fuera frialdad. Su rostro se endureció, la preocupación se había perdido por completo. Sentí ahora una fuerte presión en el cuello que impedía respirar bien. Agarré su mano avisando que me estaba lastimando.

—¿Qué haces?—pregunté desesperada. —Haysel, no bromees así.

Era un sueño.

Era una pesadilla.

Él soltó el agarré dejando una huella de dolor en esa área, ahora se dedicó a sujetar ambos brazos para embestirme contra el suelo, afectando la mitad de mi cuerpo que recibió el mayor impacto. Quedé tan perpleja que no dije nada, miles de ideas estaban pasando por mi mente en estos momentos. Insistía que esto solo fuera un sueño, insistía que esto no estaba pasando.

Volvió a acercarse dando pasos llenos de furia sujetando nuevamente mi cuello para levantarme fácilmente como diciéndome "de aquí no saldrás viva". Me estaba ahorcando con su mano grande y dominante para alzarme con todas sus fuerzas, quedando mis pies en el aire. La respiración se me cortó, el escalofrío nervioso se apoderó en todo mi cuerpo, aún así de la poca fuerza que reuní, sujeté la muñeca de Haysel como una súplica de que me soltara.

Lo volví a mirar a los ojos, ya no existía ternura ni mucho menos amor. Solo se asomaba la malicia y crueldad. Mi piel se tornó pálida como la nieve y mis ojos reflejaron el miedo de un cordero apunto de ser devorada por el más temido depredador, de un inmortal, de Haysel.

Me lo repetí para mi misma que esto era un sueño, esto no era real...

—No es un sueño— soltó en casi un tono amargo embistiéndome contra la pared, el dolor indescriptible se apoderó de mi espalda por el impacto, mis piernas las sentías débiles, sin embargo mi cuerpo no se venció contra el piso, quedé de pie como si una fuerza externa me obligara a permanecer en esa posición.

SUEÑO VACÍOWhere stories live. Discover now