CAPÍTULO 12

75 10 0
                                    



La única ventaja de jugar con fuego, es que aprende uno a no quemarse.

-Oscar Wilde-


Estaba una tienda de conveniencia, pagando un sándwich y un jugo artificial de durazno.

Recorrí largas cuadras para llegar hasta aquí. Las piernas me dolían terriblemente debido a que estaba fuera de forma. El camino para mi fue eterno, al menos me quedó un poco aliviada porque me encontraba casi cerca de mi departamento.

Cansada, con hambre, no había ingerido nada en toda la noche y mi estómago rugía. Mi celular se apagó intentando llamar a Dan innumerables veces, pero el tonto nunca contestó.

La suerte me abandonó esta noche.

Al salir de la tienda el frío me envolvió nuevamente por todos lados. La blusa de margas largas no me favorecía en absoluto. 

Comencé a caminar teniendo en mis manos lo que compré.

—¿Sabías que los bichos también pueden morir congelados?— La voz sonó neutra con un toque de burla.

Me volteé rápidamente. Era su voz, era él. 

Estaba asombrada que Haysel me siguiera.

—¿Qué haces aquí?, ¿El príncipe idiota, malhumorado con cara de "yo domino al mundo" me ha estado siguiendo?—respondí un poco cansada, con una expresión de asombro.

Soltó una minúscula sonrisa.

—La misma pregunta va para ti, deberías estar durmiendo.— su voz sonó irónica y burlona a la vez.

Yo no me encontraba con muchos ánimos para discutir con Haysel, solo le lancé una mirada de pocos amigos. Sin decir nada, comencé a caminar ignorándolo.

Algo, un poco pesado cubrió mis hombros, era la chaqueta verde oscuro de Haysel que me ayudó entrar en calor rápido, sin embargo  no debía bajar la guardia, su amabilidad estaba disfrazada de engaño.

—Gracias, pero no te preocupes— Intenté sacarla.

—¿Preocuparme?— Se río amargamente —te estás olvidando lo que soy— me susurró con malicia, volviendo a colocar la chaqueta.

—Entonces, ¿Por qué me seguiste?— lo miré de reojo, estaba al lado de mi siguiendo mis pasos.

—Porque tu y yo tenemos una conversación pendiente,  acabaste de arruinar algo y ahora tu tendrás que ser responder por tus actos.

— ¿Sobre qué?— me llevé el sorbete del jugo a mis labios para tomar un gran sorbo.

—Lo conversaremos en mi casa, allá nos espera Caín— sonó un poco autoritario, menos que de costumbre.

—¿Ahora?— lo miré frunciendo el ceño.

—No, te parece mejor de aquí en tres meses— volvió a ironizar algo severo — Claro Ellyn, es ahora, no tenías que aparecer esta noche con ese grupo de imbéciles— puntualizó con los ojos entornados, incluso noté que estaba un poco tenso.

—Espera, ¿Qué?— toque con mis dedos uno de sus brazos atléticos para que se detuviera— quiero comer tranquila, tengo sueño, me siento agotada, ¿No será posible reunirnos mañana?.

—Comerás en el camino— su voz sonó a regaño, sujetó mi muñeca con cuidado.

De las pocas  veces que Haysel me sujetaba mi muñeca esta vez pude sentir algo diferente,  sentía calidez y protección.

SUEÑO VACÍOWhere stories live. Discover now