CAPÍTULO 22

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Donde muestras el desastres que eres y no huyen, ahí es

-Omar Concepción-


Hora: 12:15 A.M

Clase: Anatomía humana

Había iniciado la clase, en este semestre tenía como profesora a Lydia, una mujer alta como el tamaño de su amable y bondad. Siempre se caracterizaba por cargar su cabello castaño recogido en forma de cebolla y sus uñas pintadas de color de un rojo intenso que se podían ver hasta la última banca del salón de clase.

La profesora quedó en silencio por un segundo volteando su rostro hacia la puerta, después de esto, sonrió amablemente. Debajo del marco se encontraba nada más ni nada menos que Haysel, sosteniendo su maleta negra a un costado, mostrando ante los demás un aire confiado y elegante, listo para conquistar a las personas que estaban aquí.

La profesora le indicó que se sentara al lado de mi, justo en la única silla que estaba vacía.

La vida me odiaba, la suerte se reía y la desgracia me perseguía.

Se quedó por unos momento mirando rápidamente todo el lugar hasta que se dirigió con pasos firmes, dominantes como la de un rey dirigiéndose al trono para juzgar a las personas.

Escuchaba los suspiros y risas coquetas de las chicas de mi clase, sin embargo la profesora dio dos aplausos fuertes para que volvieran a concentrarse sobre lo que ella estaba explicando.
Como le había indicado anteriormente, Haysel se sentó justo al lado de mi dejando caer su maleta a un costado y una ligera brisa de su perfume llegó a mi golpeando todo mi rostro.

—Deben juntarse en dupla y dibujar la mano de su compañero, recuerden los detalles, que tan grande o pequeña es su mano, el largo de cada dedo, entre otros detalles. Esta actividad no será calificada ahora, sino en la siguiente clase, ¿De acuerdo?.

Todos afirmamos por las instrucciones que acabamos de recibir.
Hurra por mi, apenas puedo dibujar una línea y ya me estaban pidiendo que dibujara como Da Vinci.
Alguien me tocó sutilmente del hombro, me volteé para saber quién era.
Un chico de tez clara con algunas pecas en su rostro, cabello café muy alborotado y cuya sonrisa era gentil.

—Hola, ¿Quieres ser mi dupla?.

—Si te gusta el dibujo abstracto que haré, claro que sí— se lo susurró apenada.

—De acuerdo— Soltó una risa agradable.

Se puso de pie para mover su banca y juntarla con la mía, pero al hacerlo tenía que moverme yo también para dar mayor espacio, sin percatarme estaba un poco más cerca de Haysel.
Una chica con el cabello oscuro y ojos verdes se acercó a aquel rey preguntado si podía hacer dupla, pero el muy amargamente dijo que no.
Daban ganas de patearlo por como respondía sin sutileza.

—Debemos comenzar, si no terminamos, podemos reunirnos después ¿Qué dices?— comentó el chico que acabé de conocer.
— ehh...si, no tengo problema, solo hay que ponernos de acuerdo para que no choquen nuestros horarios de clases.

Al escuchar su voz, era extranjero, lo deduje por su peculiar acento muy marcado. Mientras me conversaba de su primer día de clases, desvié con disimulo la mirada, resultó que otra chica se acercó a Haysel para pedirle que fuera su pareja para este taller, pero la rechazó.

—Primero las damas—continuó el nuevo chico volviendo a prestarle atención.

—No, no, me demoraría mucho además no soy buena dibujando aún, empieza tú—le ofrecí una sonrisa discreta llena de pena.

SUEÑO VACÍODonde viven las historias. Descúbrelo ahora