One shots (y reacciones) de nuestros futbolistas favoritos <3
- ' , CADA ONE SHOT TIENE SU ESPECIFICACIÓN DEL GÉNERO DEL LECTOR
- ' , ESPERO TE GUSTE <3
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Isagi Yoichi estaba aterrado, finalmente había llegado el día de la boda de su mejor amigo donde por cierto sería el padrino y obviamente le encantaría la idea de acompañar a Bachira Meguru en su boda pero odiaba la idea de que te vería en esta pues no sabía si lo soportaría.
- ¿Me veo bien? - pregunto Bachira volteando a ver a sus ex compañeros del equipo z en el cuarto del novio.
- ¿Qué clase de manera de ponerse una corbata es esa? - pregunto Chigiri riéndose de el.
- Normalmente ella me ayuda a acomodarlas - dijo Bachira riéndose, no lucía para nada nervioso y más bien parecía exageradamente feliz teniendo sonrisas contagiosas que cualquier día hubieran hecho a su buen amigo estar sonriendo sin razón pero este día era la excepción.
Chigiri se levanto de su asiento junto a los otros dos y comenzó a acomodarle a corbata a Bachira sabiendo que quedaba poco tiempo para que comenzara la ceremonia. Kunigami se le quedaba viendo a Isagi que parecía estar armándose un enorme rompecabezas en su cabeza así que puso su mano en el hombro de su amigo intentando ayudar,
- Estas más nervioso que el que se casa hoy - dijo Kunigami - Va a salir todo bien.
- Lo sé, lo sé - dijo el - Solo no estaba listo aún.
El hombre más fuerte simplemente le dio un apretón en el brazo en señal de que todo saldría bien cosa que de verdad Isagi quería creer.
Se sentía mal de la idea de haberse alejado tanto de ti en los últimos años porque tenía poco recuerdos de su vida antes de la adultez que no te incluyeran. Habías sido su mejor miga desde que eran niños, vecinos desde que apenas iban al prescolar.
Recuerda como te sentabas junto a el a ver el fútbol o como lo veías en cada partido, también los paseos en bicicleta donde tu ibas detrás aferrándote a el para no caerte. El día que perdió ante Kira, antes de entrar a Blue lock, tu estabas con el y probablemente fuiste lo único que lo consolo.
- ¡MIERDA! - Ni siquiera te inmutaste al escucharlo gritar de esa manera pues entendías perfectamente cuanto significaba para el, tampoco intentaste consolarlo pues sabías que eso no iba a funcionar así que tan solo presionaste tu cabeza contra su espalda mientras lloraba intentando hacerle saber que estabas con el.
Lo apoyaste todo el tiempo, fuiste al partido de la sub-20, saliste con el en sus días libres después de este y viste cada transmisión del programa. Durante esos días libres conociste a los amigos de Isagi, justamente fue cuando conociste a Bachira que era la razón por la cuál ahora estarías en la boda ya que de alguna manera sus amigos te tuvieron un cariño muy especial y como no iba a ser así pues eras una de las personas más encantadoras que se podrían encontrar.
En algún momento los chicos se marcharon cada uno a equipos profesionales y tu te quedaste en Japón teniendo una vida normal. Pero Isagi pensaba en ti todo el tiempo por más que conocía a mil chicas diferentes que querían acercarse a uno de los mejores delanteros del mundo, al fin y al cabo es exactamente la clase de persona que estaría perdidamente enamorada de su amor de la infancia incluso si no se da cuenta y ese fue justamente su caso.
Cada que el visitaba a sus padres buscaba la manera de verte, te llevaba a comer a cualquier lugar que quisieras e incluso se ofrecía a que fueran de compras juntos para así pagarte todo lo que quisieras. Cuándo volvía a Alemania o donde sea que estuviera jugando hacían videollamadas o se mandaban mensajes de texto todo el tiempo.
Tu estabas terriblemente confundida porque Isagi se portaba como si fuera tu novio solo que sin la palabra, llevabas esperando desde los 14 años que el se confesara pero nunca sucedió y ahora de adultos simplemente estabas perdiendo la esperanza de que algún día se volvieran una pareja. No entendías porque no hacía nada pues incluso otras personas te habían llegado a invitar a salir pero el no hacía absolutamente nada así que comenzaste a pensar que el nunca te correspondería.
A tus 20 años te mudaste a Tokyo para terminar tus estudios de universidad por lo que no lo viste en casi un año completo hasta Navidad cuando ambos visitaron su ciudad natal. Sabías que el estaba en casa de sus padres pero nunca lo encontrabas y su madre siempre te decía que estaba entrenando lo que te parecía tonto pues sabías que era un futbolista pero de que le servía venir a Japón por vacaciones si ni siquiera pasaría el tiempo con su familia.
- ¡Yo-chan! - gritaste viéndolo llegar a su casa a altas horas de la noche con una amplia sonrisa en tu rostro.
- ___-chan - contesto mirándote y acercándose inmediatamente para atraerte a un abrazo.
Ambos caminaron por los calmados senderos que solían recorrer todos los días después de clases cuando iban en preparatoria, el no podía dejar de hablarte de fútbol y de todos sus logros tanto que ni siquiera se dio cuenta de lo triste que lucías porque otra vez, el no estaba haciendo ni lo más mínimo por sacarte de la zona de amigos.
- Yoichi - le dijiste mirándolo a los ojos.
- ¿____? - contesto el en duda preguntándose porque lo interrumpiste de pronto.
Lo miraste preguntándote si debías de decirle como te sentías para finalmente sacar tus sentimientos de hace años pero te diste cuenta de que tal vez nunca tendrías un lugar en su vida por lo enfocado que estaba en su carrera.
- Nada, nada - respondiste negando con la cabeza.
Mirándolo en retrospectiva el sabía que querías decirle algo más y posiblemente era que estaba enamorada de el pero era tan tonto que no decidió confesarse el. Si pudiera volver a ese día tan solo te hubiera tomado en sus brazos y te hubiera besado aceptando finalmente que estaba enamorado de ti. Lo peor de amar a alguien es darte cuenta que en algún punto los dos sintieron lo mismo pero fuiste un cobarde como para decírselo.
Después de ese día te propusiste superar tus sentimientos por el sin saber que eventualmente el se daría cuenta que sentía lo mismo pero ya sería demasiado tarde.
Finalmente comenzó la ceremonia donde sabía que tu estarías y podría verte perfectamente pues al ser el padrino estaría al frente pudiendo ver a todos los presentes. Y cuándo finalmente te vio sintió que su corazón se aceleraba y pensando que tan solo te habías vuelto mucho más hermosa, algo en el pensó que tal vez ahora teniendo el coraje adecuado podría decírtelo.
Tu sonrisa era hermosa, tanto que lo hiciste sonreír de verdad y tan solo por un momento sintió que lo miraste pero luego volteaste la mirada...
Claro que era demasiado tarde, al fin y al cabo hoy era el día de tu boda.
Ame escribir esto, tal vez es algo corto ¿Les gustaría una versión más larga?
Por cierto, ¿Quieren que escriba algo por Navidad?
