【Capitulo 33】

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El gimnasio resonaba con la emoción mientras el equipo de voleibol del internado Haikyuu se enfrentaba al último y crucial partido que determinaría si avanzarían a las nacionales. Las gradas estaban llenas de animados seguidores, cada uno apoyando con entusiasmo a su equipo.

En la cancha, Hinata y Kageyama se encontraban en su mejor momento. La sincronización entre ellos era asombrosa, como si pudieran anticipar cada movimiento del otro. Cada salto, cada remate, era ejecutado con una precisión milimétrica, dejando a los oponentes atónitos.

El juego estaba reñido, y el marcador se mantenía equilibrado. Hinata, con su agilidad asombrosa, se lanzaba al aire para realizar ataques impresionantes, mientras Kageyama, como un director de orquesta, dirigía el juego con sus hábiles colocaciones.

En un momento crucial, cuando el marcador estaba empatado, Hinata se acercó a Kageyama con determinación. Intercambiaron una mirada rápida, una comunicación silenciosa que solo ellos entendían. Kageyama realizó una colocación perfecta, y Hinata, como una bala, atacó con un remate poderoso que dejó a todos boquiabiertos.

El equipo rival luchaba con tenacidad, pero la combinación letal de Hinata y Kageyama era imparable. Cada punto ganado era celebrado con gritos de alegría por parte de sus compañeros de equipo y los seguidores en las gradas.

El último set estaba llegando a su clímax, y el equipo de Haikyuu se encontraba a solo un punto de la victoria que los llevaría a las nacionales. Hinata y Kageyama se prepararon para un último ataque, confiando en la conexión única que habían construido a lo largo de los años.

El balón se elevó, Hinata saltó con determinación y, en un instante, conectó un remate que llevó al equipo del internado a la victoria. El gimnasio estalló en aplausos y vítores, celebrando la victoria del equipo y su merecido pase a las nacionales.

Hinata y Kageyama, agotados pero radiantes, se abrazaron en el centro de la cancha, compartiendo la alegría de haber alcanzado juntos este hito significativo en su viaje como compañeros de equipo y amigos. El internado había demostrado una vez más que, cuando trabajaban juntos, eran imparables.

La euforia llenaba el gimnasio del internado tras la victoria que les aseguró el pase a las nacionales. Los jugadores celebraban en medio de los vítores de los seguidores, y Hinata y Kageyama, sumidos en la exaltación del momento, no pudieron resistir la tensión acumulada.

En plena celebración, entre abrazos y risas, Hinata y Kageyama se encontraron mirándose intensamente. La energía palpable en el aire, la conexión que habían cultivado en la cancha y fuera de ella, finalmente alcanzó su punto culminante. Sin pensar en las miradas curiosas a su alrededor, se acercaron y, en un gesto espontáneo, se besaron.

El gimnasio se sumió en un breve silencio antes de que los aplausos y gritos de sorpresa llenaran el espacio. Los compañeros de equipo, los entrenadores y los seguidores presentes se quedaron momentáneamente asombrados por la revelación inesperada. Sin embargo, rápidamente, el asombro se transformó en un apoyo efusivo.

Hinata y Kageyama se separaron, con sus rostros teñidos de sonrojo, pero no pudieron contener las sonrisas que compartieron. La sorpresa y la confusión iniciales se disolvieron en una aceptación calurosa por parte de sus compañeros de equipo y amigos.

El gesto impulsivo no solo añadió un giro inesperado a la celebración, sino que también marcó un nuevo capítulo en la relación de Hinata y Kageyama. La noticia se esparció rápidamente, pero la atención de todos volvió al logro del equipo y a la anticipada participación en las nacionales.

En medio de la efervescencia de la celebración, Kageyama y Hinata se encontraron en un rincón más tranquilo del gimnasio, alejados del bullicio. La luz de la victoria iluminaba sus rostros, y la tensión acumulada se manifestaba en una conexión palpable.

Internado Haikyuu  [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora