Capítulo 2: Uraraka y Bakugo

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Lo festejaron. Cielos que lo festejaron. Tal vez sea por el momento en donde se ubicaban, pero a todos los aprobados de U.A. les llegó una pequeña invitación a LA MANSION YAOYOROZU. ¡¿Por qué una niña rica les había invitado?! ¡Sencillo! ¡Fiesta!

Después de todo, una vez más, la misma presencia de Shigaraki hacia que las personas se tomen las cosas distintas. Momo, quien entró a U.A. por recomendación y no hizo la prueba, sentía que debía de celebrar este próximo año que comenzaban. Después de todo, todos serian futuros héroes.

Izuku fue llevado por un auto de la agencia de seguridad pública. Paso una semana desde que llegó el holograma que le notifico su logro, y... casi 2 semanas desde el fallecimiento de Naomasa.

Tal vez por ello Izuku viajo con la cabeza apoyada en el vidrio todo el viaje, desanimado.

Era lo normal. Él decidió morir antes que entregar información sobre él o Nueva Orden. Estaba profundamente agradecido por todo lo que hizo por él durante los últimos meses que se conocieron y quedó a su cargo, y lamentaba mucho su partida.

All Might y Endeavor ya le dijeron que no era su culpa, y lo sabía bien. Aun así...

Izuku apenas cayó en cuenta que ya estaba en frente de la puerta de la mansión. Tenía que tocar el timbre. ¿Acaso estaba en piloto automático?

... Si. Estaba realmente triste aún.

Naomasa era su amigo. Su maestro que no faltó un solo día.

En los momentos más difíciles de su vida que fueron estos meses, él estuvo allí para él. Se lo tomó personal más que como un trabajo. Lamentaba no poder haberle correspondido con la misma atención.

―Uh... Hola. ¿Ya tocaste el timbre?

Izuku se exaltó como él solo. ―¡¿Ah?!

Frente a sus ojos estaba una arreglada chica castaña de gustos modestos. Su vestido rosa combinaba con su sonrojo permanente, y los aretes que se notaba le había prestado su madre le quedaban realmente bonitos. Izuku, por la distancia, la vista y por el simple hecho de que una chica le dirigió la palabra, claramente se puso rojo.

―N-No. No lo hice ―respondió con rapidez, tocando el timbre varias veces.

Uraraka parecía divertida. ―Me alegra mucho que nos encontráramos ―juntó la yemas de sus dedos combinándolo con una sonrisa con dientes―. Eso significa que los dos aprobamos. Si no fuera por ti no hubiera obtenido esos puntos de rescate. Gracias.

Izuku sonrió tímidamente. ―No seas modesta. Me llevaste hasta la enfermería luego que haya intentado lucirme. Muchas gracias por esforzarte tanto.

Uraraka le restó importancia. ―No te preocupes. Eras muy liviano. Como tú, puedo controlar la gravedad de lo que toco. Aunque solo puedo desactivarla por completo ―murmuró, algo desanimada.

Izuku rápidamente sonrió. ―¡Ese Don suena genial! Ya veo. Por eso lograste tantos puntos. ¡Elevabas a los robots y los hacías caer! Que inteligente.

La chica mochi estaba halagada. ―¿Eso crees? ―sonrió―. Gracias.

Desde el balcón del segundo piso, cierto enano y pikachu observan la escena sumamente resentidos. ―Su nivel de ligoteo es demasiado.

Mineta asintió levemente. ―Allí va una menos. Se nos terminan las oportunidades :(

Ambos, que se hicieron amigos del alma hace apenas 20 minutos, decidieron dejarse de torturar y regresar dentro. Allí prácticamente todo el mundo había llegado, todos vistiendo de traje para la ocasión por que una niña rica les haya invitado les pudo.

Nueva Orden (BNHA)Where stories live. Discover now