Capítulo 12: Expulsados.

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Nos reunimos todas en el comedor y pusimos con satisfacción algo más en nuestro estómago que no fuera bebidas alcohólicas, fue maravilloso, con eso, el malestar que sentíamos se iría. Vimos a los muchachos en el comedor también pero no al Romeo de Haruki.

Los hombres estaban separados en dúos, Hugo y Dylan por un lado, quienes increíblemente habían hecho buenas migas, mi destino es sufrir, por suerte, el malentendido ya se había aclarado. Felipe y Mario estaban en otra mesa y, por otro lado, Xian y Lee.

Cómo ya era tarde, no pensamos que la ausencia de Manuel fuera algo malo, pues, aunque a él la 4ta dosis le dio síntomas, ayer en clases parecía sentirse bien, así que lo más probable es que haya desayunado más temprano y ahora esté en su habitación o quizás en la sala de juegos.

Haruki y yo nos pusimos de acuerdo para entrenar en el 5to piso, ya nos habían dado la autorización, así que todo estaba correcto. Quería probar que tan bien me podía defender con mi Jiu-jitsu de su aikido.

No esperaba mucho, pues a sus 23 años, ya ella es cinta negra 2do Dan, o sea, es un genio total, entrena desde muy pequeña y yo solo comencé en mi primer año de la Universidad, solo cuatro años.

Las demás decidieron que no querían participar u observar el sparring y cada cual tomó su rumbo. Haruki y yo subimos al último nivel y tomamos dos Kimonos que nos prestaron los del equipo de seguridad, hicimos un fuerte calentamiento y comenzamos.

Para que contarlo, fue terrible, antes de que llegara el mediodía habíamos combatido 8 veces, con pequeños descansos claro, y de en total creo que perdí 9, sin mentir, pero para mí fue muy productivo, aprendí mucho, Yamada es una excelente maestra, aunque sus golpes todavía me duelen.

La noche llegó y como era costumbre, después de un buen baño, estaba en mi cama, aunque esta vez, no estaba en el limbo, navegaba en internet, acababa de conversar con mi familia hacía unos minutos y ahora me ponía al día con mis amigas de la escuela.

La contraseña se escuchó en mi puerta, abrí y me extrañó no ver a Haruki con ellas.

– Chicas ¿y Haruki? - pregunté.

– No sabemos, desde que ustedes se fueron a entrenar, no la hemos visto - respondió April.

– Al mediodía terminamos, almorzamos juntas, pero después nos separamos - dije.

– No se preocupen, esa seguro encontró al gilipollas de mi hermano y se están poniendo al día - expresó Gabriela.

– Seguro - confirmé.

– ¡Daniela! - dijimos al unísono.

– ¿Qué? - preguntó sobresaltada - ¿Por qué me miran así?

– Hoy te toca a ti - dije.

– ¿Qué cosa?

– Contarnos cómo fue tu primera vez, es tu turno, eres la única que falta, porque Yamada es virgen aún - inquirió April.

– Aunque puede que pronto nos sorprenda y nos la cuente - dijo Gabi y todas reímos.

– Está bien, sin presiones - comentó Dani.

– Esta noche no vamos a beber - dije - no quiero resaca mañana.

– Ok - respondieron.

– Pues les cuento - inició Daniela - fue con un amigo de la infancia, que vive en mi barrio...

Nos reímos mucho con el relato, no por la historia en sí, sino por el humor con el que ella lo contó, es muy simpática cuando quiere. Cómo siempre, nos cogió tarde para dormir, después me ando quejando de que descanso poco, pero no escarmiento. Esta vez, como ninguna estaba ebria, al terminar nuestra velada, cada cual regresó a su habitación.

Los domingos eran diferentes, casi no nos veíamos, pues, al menos yo, lo pasaba casi todo el tiempo en mi habitación, leyendo o durmiendo y es el único día de la semana en que no nos reunimos en la noche.

Al amanecer del lunes, cuando dio inicio el primer turno de clases, por desgracia, tocaba con la profesora Silvia. Pero, antes de iniciar la clase, la Sta. Lesley, nuestra tutora, nos comunicó que debía dar un anuncio importante para nuestro grupo.

Me extrañó no ver a Haruki y a Manuel en el aula, yo sé que son una pareja nueva y eso, que se quieren disfrutar, pero al menos sé que ella, no es de las que faltan a clases, es muy aplicada.

– Buenos días a todos - dijo Lesley.

– Buenos días señorita - respondió toda la clase.

– Debo comenzar diciendo, que a este centro ustedes vinieron a estudiar, a investigar, a centrarse en las actividades programadas para ustedes en el curso. No les está prohibido hacer amistades e incluso que se enamoren, son jóvenes al fin y al cabo, pero lo que no está permitido, es cometer actos impúdicos y/o exhibicionistas en estas instalaciones.

Su voz tenía un tono grave, era evidente su enojo, nos quedamos sorprendidos por sus palabras y curiosos de qué habría pasado para que el día comenzara con esta charla, pero lo descubrimos pronto.

– Por tal motivo - continuó - los estudiantes, Manuel García, de España y Yamada Haruki de Japón, fueron expulsados el día de ayer. Pues ambos fueron sorprendidos, teniendo sexo en medio del pasillo administrativo, frente al elevador y eso es imperdonable e inexcusable.

Todos quedaron sorprendidos, pero yo me sentí en shock, los muchachos comentaban entre ellos, pero nosotras nos miramos con duda marcada en nuestros rostros. Era algo que no nos podíamos creer, Haruki no era así y aunque tal vez Manuel la intentara convencer, ella no era tan influenciable ¿o sí? ahora no sé.

– Esas conductas van en contra de nuestros principios, no se pasarán por alto, cualquier demostración de afecto excesiva en público, será castigada con la expulsión - terminó de hablar y se fue.

La mañana fue tediosa, pues los cuatro turnos los impartió la profesora Silvia, que con sus " Bases teóricas de la medicina natural" y la de "Historia de la medicina natural indígena", nos hizo dormir a todos.

El segundo tema no era tan malo, o sea, es interesante, pero es que ella no sabe motivar la clase, lo único que veo cuando ella habla son almohadas, sábanas y colchones saliendo de su boca, como una suave melodía que me canta Morfeo. Tal vez debería escucharla de noche, quizás así me duerma temprano.

En la noche nos volvimos a reunir como siempre, pero un ambiente tenso pesaba sobre nosotras, no comprendíamos por qué Haruki ni siquiera se despidió o al menos dejó un mensaje. No creo que tuviera tan poca conexión con nosotras como para eso. Gabriela fue la primera en romper el silencio.

– Me parece raro que se hayan ido sin decir nada, ni adiós, nada - dijo - y mi hermano, por muy mal que nos llevemos, nos queremos a nuestra manera, no puedo creer que se fuera sin decirme nada.

– ¿Qué sugieres? ¿Que nos están mintiendo? - pregunté.

– No sé, en realidad no sé qué creer.

– Dejen eso ya - dijo April - seguro fue que no les dieron tiempo de nada, por la cara y la forma de hablar de la Sta. Lesley, aquí son muy estrictos con eso.

– Es una pena que se haya ido así - dijo Daniela - era buena persona.

– ¿De quién hablas? - preguntó Gabi.

– De Haruki, claro, tu hermano solo sé que estaba bien guapo, pero no lo conocía personalmente.

– Está tarde hablé con mi familia - dijo Gabi - y mi hermano no ha llegado a la casa, me preocupa, aunque tal vez se fue para la casa de nuestro padre y como desde que se divorció de mi mamá yo no le hablo, ni siquiera tengo su contacto, así que no sé decir, puede que esté allí pues él si se lleva bien con su padre.

– Dejemos esto por hoy - hablé - tal vez solo están molestos por lo que pasó, necesitan tiempo, para Haruki seguro es peor, si su familia se entera, será terrible. Seguro que cuando se sientan mejor, se comunican con nosotros.

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