Capítulo 8: Excursión y otro curioso.

0 0 0
                                    

Últimamente siento que el tiempo de descansar no me alcanza, ¿qué mier... es esto? Perdón, hay que ser civilizada, pero es que siento que apenas cierro los ojos, suena la maldita alarma para despertarme. Bueno, igual, veamos que me trae este día.

Después de arreglarme bajé a desayunar, ya la mayoría estaba allí, pero no le presté atención a nadie, por suerte Mario no estaba y Hugo tampoco. Me salvé por ahora, tengo que ver que invento para arreglar lo que hice.

Hoy nuestro grupo va a explorar los alrededores junto a la señorita Lesley y un pequeño grupo de seguridad, incluso visitaremos el campo de tiro y nos dejarán utilizarlo, con supervisión, claro. Si mis padres se enteran de esto, le da un infarto, yo disparando un arma, si, a Milena le da algo.

Partimos alrededor de las ocho de la mañana, avanzando a paso lento; la Sta. Lesley nos iba mostrando diferentes tipos de plantas, que nunca se habían empleado para la medicina, pero que, con su investigación, descubrieron que, al mezclarse con uno u otro químico, eran muy efectivas contra disímiles enfermedades.

Aunque la fauna también era abundante, la mayoría de los animales se alejaban a nuestro paso, así que, excepto por algunas aves, no nos cruzamos con muchos. Yo como una buena estudiante, iba tomando nota para no perder detalle.

En poco más de una hora de camino, llegamos a la entrada del campo de tiro. El lugar estaba cercado, pero sin vigilancia, ya que allí no había recursos muy importantes que proteger. Es un campo de tiro natural, con blancos automatizados a distintas distancias.

Con la guía de Neuman, el líder del equipo de seguridad que nos acompañaba y otros tres, nos colocamos de dos en dos en los pozos de tirador.

Al llegar el mediodía, ya todos los que quisimos participar habíamos practicado con diferentes armas, pistolas, revólver, ametralladoras automáticas, aunque no a ráfaga, sino tiro a tiro. En serio lo sigo pensando, si mis padres se enteran de esto se mueren y mi hermano también, pero de envidia. Él es de esos que les gustan mucho las películas bélicas, las armas y esas cosas.

La Sta. Lesley decidió que ya era momento de regresar y aunque no la estábamos pasando mal, pues al fin habíamos comenzado a socializar un poco, nadie se quejó, pues no trajimos nada de comer y un rico almuerzo nos esperaba al regreso.

Iba caminando entretenida, como siempre, cuando alguien me toca el hombro, por supuesto, predispuesta, pensando que era el italiano, me volví para mandarlo al diablo.

– Ya déjame tranq... - no terminé mi frase.

– Perdón, no quería molestarte.

– ¡Dylan! - dije sorprendida alzando un poco la voz.

– Si quieres me voy.

– ¡No! No, por favor, es que pensé que era otra persona.

– Ah, menos mal, pensé que te caía mal sin siquiera conocernos - una sonrisa pícara se marcó en sus labios.

– No, para nada, ¿deseas algo?

– Simplemente quería conocerte, Violena ¿cierto? Mi nombre es Dylan, aunque ya lo sabes.

– Jajajaja - Dios qué pena.

– Es que me sorprendió mucho verte disparar ¿ya lo habías hecho antes? - me preguntó.

– No, para nada.

– ¿No? Entonces ¿cómo pudiste acertar tantas? Hasta los de seguridad se sorprendieron, de cada 10 le dabas a 8 o 9 dianas, eso es sorprendente.

– Gracias - le dije - pero en serio, es mi primera vez - me puse roja al decir eso.

– Me gustaría ser tu amigo.

**No, por favor, no te pongas en esa zona tú mismo*** (pensé)

– Claro, por qué no - dije sin dudar, ¿qué más iba a decir? No Dylan, quiero estar contigo, claro que no, hay que tener orgullo.

– Entonces, cuando regresemos ¿te gustaría ir un rato en la tarde a la cafetería? Digo, si tú novio te deja.

– Aaaahh, mi novio, sí. No te preocupes, yo hablo con él - eso me pasa por idiota.

~~Hugo ~~

Ya vamos de regreso, allí está Violena y ya tiene otra mosca dándole vueltas, aunque debo admitir que es lindo para ser una mosca. No parece que ella tenga intención de pedirme ayuda hoy, claro, con el niño bonito no.

En realidad, no sé por qué me preocupa o me molesta, si al final no es mi novia de verdad, ¿será que en verdad me gusta? Eso me pasa por virgen. Bueno, no vi nada, ella es la que está desmoronando lo que creó, ya el italiano se está dando cuenta, ese es su problema, no mío.

Llegamos al centro, ahora mismo sí se nota el cansancio y el hambre en el rostro de todos. Fuimos a almorzar como si fuéramos zombies buscando cerebros.

Al terminar todos fueron a descansar, pero yo soy un muchacho muy curioso y hay algo que me intriga; ayer cuando nos dieron el recorrido, nunca nos llevaron al pasillo que va hacia el fondo del lugar, es más, parecía que lo evitaron a propósito.

Algunos fueron al 4to piso a relajarse, aunque la mayoría se dirigió a sus habitaciones; yo me fui quedando detrás, caminando no lento hasta quedar solo, verifiqué que nadie me viera y fui hacia el pasillo.

Estaba increíblemente oscuro, qué extraño, con tantos recursos con los que cuentan y no tienen para darle iluminación a un simple pasillo.

Avancé hasta donde más oscuro se veía, hasta llegar a una puerta que tenía un cartel encima que decía " Experimentos Biológicos Fase 1", me acerqué y estaba entreabierta, quise entrar a mirar, pero sentí personas hablando, eso llamó mi atención, así que me pegué a la puerta para escuchar.

– Dra. Lillian ¿cómo vamos con el proyecto? - (voz masculina).

– Regular, hemos hecho avances, pero aún no hay un resultado definitivo.

– Debemos apresurarnos - dijo la voz del hombre - sabe que el General espera resultados pronto o estaremos en problemas.

– Pero señor Director, los nuevos sujetos aún no están listos.

– Lo estarán - dijo él - por ahora, concéntrate en terminar de mejorar el producto, me voy.

Tuve que salir a toda velocidad para que no me vieran, no me detuve hasta llegar a mi habitación ¿Qué fue eso? ¿Por qué tienen que entregarle algo a un General? ¿Están vinculados a algún ejército? ¿No que esto es una ONG humanitaria? ¿Sujetos de prueba? ¿quiénes son? Todo eso da vueltas en mi cabeza, estoy nervioso, pero no, cálmate Hugo, seguro que no es nada y seguramente tú eres el paranoico. Mejor me doy un baño y duermo un rato.

Escape Where stories live. Discover now