Capítulo 32: HE012.

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~~ Dylan. ~~

~~~ Habla en inglés ~~~

– ¡Síganla! – ordené a los soldados.

Ella es la prioridad para el General, los demás pueden ser considerados daños colaterales, pero no los voy a dejar ir así como así. Miro a las tres marionetas que me acompañan, la vida no se refleja en sus ojos, son como cáscaras vacías, solo sirven para ejecutar órdenes, pero son efectivos en estos casos.

– HE002, HE015, vayan tras ellos – ordené señalando al grupo de amigos de Violena.

Ellos se encargarán de acabar con esos estúpidos, cuando atrape a Lena le voy a tirar los cuerpos a sus pies, si capturan a alguno vivo, de casualidad, lo destrozaré frente a sus ojos, aunque para ella tengo otra sorpresa.

– HE012 ven conmigo, vamos tras ella – espero que le guste mi regalo.

~~ Violena. ~~

Al parecer he tenido éxito con mi plan, me están persiguiendo, ya ha pasado una hora desde que salí corriendo y me separé de los chicos, espero que se hayan alejado lo suficiente, ya casi anochece, pocos son los rayos rojizos del sol que se filtran entre las ramas, por lo que está bastante oscuro ya.

Es hora de aumentar mi ritmo y dejar atrás a estos idiotas, tengo que alejarme lo suficiente antes de cambiar mi rumbo hacia el lugar que me indicó Mario, no puedo dejar que me vean y mucho menos que me capturen. Ya me han disparado en varias ocasiones y por suerte no me han dado, no puedo arriesgarme más.

– ¡Violena! – vuelvo a escuchar, pero que inoportuno es – don't you want to see your friend April again? (¿No quieres ver a tu amiga April otra vez?).

Me congelo completamente al escuchar ese nombre, maldito, sabe jugar bien sucio, desgraciado, juro que lo voy a matar. Siento recorrer por mi cuerpo la misma rabia que sentí hacia la doctora desquiciada y el sentimiento de éxtasis que sentí al matarla me viene a la mente.

Giro sobre mis talones y veo que me entretuve demasiado, los soldados están a solo 100 metros de distancia ahora. Veo que Dylan les hace una seña para no disparar y detenerse, se para al frente sonriendo, desde su espalda avanza alguien.

– 012, attack, but do not kill her (012, ataca, pero no la mates) – escuché que le ordenó.

La persona detrás de él, que hasta ahora no distinguía, salió lentamente. Su cabello rubio, su piel blanca, su cuerpo delgado, nada había cambiado en ella, solo sus ojos, tenía una mirada triste, o eso es lo que me pareció ver, pues avanzaba mirando hacia el suelo. Venía vestida con una ropa de cuero negro, que se ajustaba a su cuerpo y resaltaba todos sus atributos, aunque conociéndola, para nada era su estilo.

Salió corriendo en mi dirección a gran velocidad, no creo que tanta como la de Hugo, pero si era bastante rápida, al menos mis reflejos me dejan reaccionar a sus movimientos. Se acerca a mí y me lanza un golpe, me sorprendió por la amplitud del mismo, es fácil predecir su trayectoria, por lo que lo esquivo sin dificultad.

Es evidente, a ella nunca le ha gustado entrenar y esas cosas, pero me extraña, April era muy curiosa, muchas veces Haruki y yo le explicamos cómo golpear correctamente, para su defensa y ella lo comprendió rápido.

Seguidamente me lanza una patada, nuevamente amplia y la esquivo, no contraataco, no quiero lastimarla, pero es como si no me reconociera ¿qué hicieron con ella? El recuerdo de lo que experimentaron conmigo vuelve y me aterra pensar lo que le hicieron a ella.

El intercambio entre ella atacando y yo esquivando continuó por un rato y nos alejamos alrededor de 50 metros más de los soldados y Dylan. La sonrisa de ese estúpido no salía de su rostro, lo estaba disfrutando, sabía que la estaba pasando mal enfrentando a mi amiga sin querer atacarla.

– Cober your ears (Cubre tus oídos) – escucho y quedo sorprendida, recibiendo en el acto un golpe en la cara, que no me dolió para nada.

– ¿Qué? – pregunté confundida.

– ¡Now! (¡Ahora!) – gritó ella.

Reaccioné al ver que April me miraba con una bella sonrisa en su rostro, inmediatamente cubrí mis orejas fuertemente con mis manos. Ella se paró de espaldas a mí, de frente a los soldados y tomó aire, la veo de perfil y noto como su boca se abre de forma antinatural, desde lo que es la comisura de sus labios hasta donde comienzan sus orejas y entonces sucede.

– ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...!

Aún sobre aviso, con mis manos apretando con todo mi ser mis oídos, sentí que el cerebro se me removía, el cuerpo me tembló y mis tímpanos dolían, fue un sonido tan agudo que se sentía como millones de agujas atravesado tu cabeza. Cuando el largo gritó terminó y aparté mis manos de mi cara, vi sangre en ellas, los tímpanos me explotaron y me sentía algo aturdida. Por suerte se regenerarían rápido o estaría en serios problemas.

Vi como gran parte de los soldados cayeron al piso inconscientes, los tomó por sorpresa. Dylan se cubrió los oídos a tiempo, por lo que a esa distancia no lo afectó tanto, se incorporó y con una mirada que irradiaba rabia, dio la orden de disparar.

– We have to go (Tenemos que irnos) – le dije a April en su idioma agarrando sus manos.

– No, you go, I will buy you time (No, vete tú, te compraré tiempo) – me respondió.

– I will not go anywhere whithout you (No me voy a ir a ningún lado sin ti) – la agarré del brazo para correr.

– But... (Pero...)

No le di tiempo a responder, salí corriendo y ella me siguió, aunque su expresión cambiaba entre felicidad y tristeza. Pero no había tiempo de hablar ahora, las balas comenzaron a salir de los rifles y estábamos realmente cerca, por suerte los que no cayeron aún estaban medio aturdidos.

Aun así, una bala atravesó mi abdomen, me dolió pero sanó inmediatamente; me detuve al notar que April no avanzaba muy bien, la habían herido en el muslo izquierdo. Sin decir una palabra la cargué en mi hombro y volví a correr, puse todo el esfuerzo que pude y avancé.

Corrí durante dos horas seguidas con April a cuesta, no se veían cerca los soldados, parece que tomé una buena ventaja, era hora de descansar. La oscuridad se había adueñado del bosque, a más de 15 metros no se veía nada, pero los árboles cercanos si se distinguían, eran enormes, parecían secuoyas gigantes, uno de ellos tenía una abertura en la base y allí nos refugiamos.

La coloqué suavemente en el suelo y la recosté contra el tronco, la revisé y por suerte había un agujero de entrada y otro de salida, la bala atravesó, así que no tendríamos que sacarla. Rompí una manga del atuendo de hospital que aún vestía y le vendé la pierna. Ella me miró con el rostro lleno de lágrimas.

– Lena, you have to leave me and runaway, I will help you, I will stop them (Lena, tienes que dejarme y escapar, yo te ayudaré, los detendré).

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