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Quitar la mirada de él era imposible, evitar sentir el retumbar de su voz en el pecho también; los gritos se acompañaron con cantos y el vibrar de los instrumentos en los altavoces hacía estremecer el suelo y todo a su alrededor; no tenía idea si todos los conciertos fueran de ese modo, o solo los de rock, o solo los de Nunchi, pero lo que estaba sintiendo le llenaba de escalofríos.

Tan solo estaba ahí, sujetando el micrófono y el parante, dejando salir su gruesa y potente voz, esa que solo tenía tal tono cuando cantaba, ese tan grave que no parecía provenir de él, pero que al mismo tiempo solo él podría tener. Tras la primera canción comprendió a todas esas personas ahí reunidas, que habían esperado horas, que habían costeado una entrada; verlo era como entrar en un mundo completamente distinto, ¿o era solo él el que lo sentía de ese modo?

Su mirada dorada estaba dirigida hacia el frente, sus manos se intercambiaban entre el micrófono y el parante, pasando con suavidad en sus superficies, mientras que su cuerpo se movía levemente al ritmo de la música de un lado al otro; ya lo había visto bailar de cierto modo, pero que lo hiciera al ritmo de su propia voz y en un enorme escenario a un par de metros por encima de él, era una experiencia distinta.

Por un momento separó su vista del rubio y la paseó por el resto del espacio. Gil se veía hermosa, con su cabello de dos colores retocado, maquillaje negro con líneas neones en sus ojos, un top de rejilla con una falda de uno de los colores de su cabello, y unas botas de tacones altos que le llegaban a las rodillas, pero sobre todo, se veía poderosa tocando la guitarra que una vez le mostró, frente suyo tenía un micrófono lleno de pedrería en el que hacía los coros.

A su lado, no muy lejos, estaba Liam, con un bajo que no reconocía de la última vez, estaba sin camiseta dejando ver un tatuaje de dragón en su pecho y un pantalón de jean ancho y roto, su cabello rubio tenía algunas mechas de colores, más de las que tenía el día de grabación.

Al medio, justo detrás de Viktor, sobre un estrado algo elevado estaba Mark, con el peinado que le había dicho que tendría, un chaleco que le pareció de cuero, tocando con fuerza y una sonrisa, la batería.

A su mismo nivel y un poco más a la izquierda, estaba Rei, con un conjunto de pianos que le pareció ver en el ensayo que interrumpió, algo que ni se imaginaba cómo podía tocar, ya que podía ver dos niveles y más cosas que ni sabría nombrar; vestía de negro, con una blusa con el cuello levantado, maquillada del mismo color y con una cresta pequeña en su cabello.

Todos, Nunchi en conjunto eran impresionantes, su arte y talento era visible hasta para sus ojos inexpertos, y más que nada, se fusionaban a la perfección, comprendió cómo habían logrado llenar ese estadio sin duda alguna. Se tomó un instante para agradecer internamente haberlos conocido, haberse atrevido a ir, y en especial a ese día que Viktor le siguió y se atrevió a llamar su atención con avecillas de papel.



Las primeras canciones pasaron, luego fue Gil la que desde el lado derecho tomó su micrófono y habló por primera vez en la noche.

—¡Hola! ¡Nosotros somos Nunchi! —los gritos y aplausos se dejaron escuchar en todo el recinto— Gracias por estar acá esta noche especial en la que celebramos siete años con ustedes —nuevamente el barullo emocionado—, y por llenar este estadio —la bulla no cesaba—. Como siempre ustedes mandan esta noche, como nuestro nombre lo dice, solo déjense sentir y oír.

Los virotes se hicieron más fuertes y fue el momento en el que tuvo que hacer uso de los auriculares blancos que el cantante de la banda le había prestado, no quería abrumarse tan pronto. Abrió la riñonera de su pecho y buscó solo los audífonos dejando el cable dentro sin conectarlo a nada; cuando regresó la mirada al escenario Gil volvía a su posición cambiando de guitarra.

empathy |LGBT| finalizadoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin