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Bajaron junto con el resto de los visitantes y caminaron con tranquilidad para seguir con su paseo, le había gustado mucho la experiencia y más por la explicación tan profesional, por supuesto, sobre los animales que ahí habían, de su guía personalizado.

—¿Ya habías subido antes? —le preguntó, mientras a su lado seguía el ritmo.

—¿Al monorriel de la zona de Asia? Un par de veces para inspeccionar la seguridad, pero nunca como simple visitante la verdad.

—¿Y qué tal te pareció?

—Muy divertido —lo vio sonreír de reojo.

Esa segunda visita al zoológico estaba siendo distinta, ya que en esa oportunidad su amigo solo era parte del público, como él, se estaban mezclando con el resto de personas y disfrutando de la pequeña excursión. Prosiguieron caminando, siguiendo un recorrido desordenado, ya que solo estaban haciendo la ruta que le quedaba conocer a él, pero en ese paseo pasaron por un área en donde le pareció reconocer a alguien.

—Ey, ¿ese pequeñín no es alguien que conozco? —señaló deteniéndose.

—¿Lo reconoces? —Horas se detuvo a su lado— Ah bueno, es el único cachorro, no es tan difícil —una pequeña risa se le escapó al pelinaranja.

—De todos modos lo reconocería, hicimos un vínculo especial, sabes —el otro rio más, aunque tratando de disimular, a su lado.

—Está bien, te creo.

—¿Ya tiene nombre?

—Brave, es hembra, así que les pareció adecuado —él miró a la cachorra de panda rojo y sonrió.

—Me parece un buen nombre, le queda perfecto.

Continuaron caminando, visitando algunas zonas hasta que llegaron a la fuente de una de las entradas principales y una canción a volumen bajo empezó a sonar. Algunas personas entre familias o parejas se acercaron a los pequeños parlantes de los lados y empezaron a bailar. Horas solo sonrió a su lado.

—Es una pequeña tradición —le explicó—, cada media hora suena una canción, claro, solo a este volumen para no perturbar a los animales, y de alguna forma con el tiempo, los visitantes asiduos empezaron a bailar espontáneamente.

—¿Y esa canción? —Viktor lo miró poniéndose de pie frente a él.

♫ The Cure - Friday I'm In Love

—Ah, emm, puede que yo haya sugerido una que otra canción —el pecoso sonrió un poco.

Viktor levantó la vista buscando un poste cercano con un parlante, y al hallarlo, sin dejar de mirarlo empezó a retroceder bailando un poco, no podía desaprovechar la oportunidad, pensó. Observó como Horas gesticulaba '¿Qué haces?' mientras le miraba evidentemente nervioso.

—Uniéndome a la tradición, ven. —declaró sin dejar de moverse de un lado al otro. Su amigo se acercó hasta él algo tenso.

—Pero, yo...

—Anda vamos, solo estás acá como parte del público, baila un poco Horas, no me dejes bailando solo.

—No sabía que bailabas —en el rostro con pecas se dibujó una sonrisa.

—Bueno —susurró—, en el escenario tengo que —levantó los hombros—, sabes.

—Yo no sé cómo... —él le miró tras los lentes oscuros.

—Solo trata de imitarme, anda.

Su amigo le sonrió aún nervioso y trató de copiar sus movimientos. No era nada complicado, solo movía el torso de lado a lado y los brazos también, a veces las piernas, se asombró cuando rápidamente el de cabellos naranjas lo empezó a hacer a la perfección y lo veía disfrutar la canción. Miró alrededor y era un ambiente lleno de armonía, padres bailaban con hijos, hermanos con hermanos, y parejas, sonrió mientras seguía bailando hasta que la canción terminó y los sonidos ambientales volvieron.

empathy |LGBT| finalizadoWhere stories live. Discover now