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Llevaba un rato percibiendo la vibración en su bolsillo, al menos las dos últimas canciones, sabía que no tenía permitido llevar el teléfono con él, pero en un día tan especial, quería tener la seguridad que todo iba bien con la llegada de su invitado.

Se hallaba en el escenario, desde dónde observaba todo el recinto vacío, con el centro de control de sonido, luces y pantallas en el medio, las vallas que separaban las distintas zonas y los estrados con los asientos, que también estaban separados. Muchas personas del staff se movían de un lado al otro, verificando que todo se encontrara perfecto para la presentación en unas horas.

Ese era su segundo ensayo general, en horas de la mañana también lo habían hecho para posicionarse en el espacio y acomodar los instrumentos, en ese, ya habían tocado varias canciones, probado el sonido y luces, eran ya casi las cuatro de la tarde y debían terminar el ensayo para que el público comience a ingresar.

Resonaron en el espacio vacío su voz y los instrumentos, y con un canto suave terminó la canción; el director de staff dio por terminado el ensayo general, y todos se dispusieron a ir a sus camerinos. Él en el camino, no pudo evitar buscar su teléfono y al entrar al registro paró en seco.

—¡Ey! —llamó su atención Mark al chocar con él por la espalda— Cuidado, no te detengas así de pronto.

—Emm lo siento.

Viktor retomó su camino más apresurado, al mismo tiempo seguía observando la pantalla de su móvil, casi se tropezaba con algunas personas e incluso con las paredes, era un lugar que no conocía, y más lo que estaba leyendo empezaba a sentirse abrumado.

Cuando llegó a su destino tocó la puerta que acababa de cerrarse con más brusquedad de la que pretendía, hasta que Gil apareció con un gesto molesto que suavizó un poco cuando lo vio.

—¿Qué sucede? —le preguntó al ver su rostro, él ni se imaginaba que cara tendría.

—Tengo que irme.

—¡Que! ¡Estás loco! ¡¿Has visto la hora que es?! —la muchacha pestañeó dos veces y pasó la mano por su rostro— Claro... eres tú. Son las cuatro, el público está por empezar a entrar. ¿Cómo se te ocurre que puedas irte ahora? ¿A dónde? ¿Por qué?

—Algo sucedió con Horas.

—¿Está bien? —el rostro de la joven cambió a uno de preocupación.

—Él sí, bueno no tanto, algo, es complicado de explicar, pero mientras más tarde en explicarte a ti, más tardaré en volver, ¿entiendes? —Gil golpeó la cabeza contra el marco de la puerta abierta.

—Sabes que a ella no le gustará la idea, es capaz de amarrarte al escenario.

—Pues no le digas nada, te lo estoy diciendo a ti porque respeto lo que dijiste cuando creaste el grupo y lo que has cumplido con los años.

—En esta familia somos cinco, el que se una en el camino será un extra, las decisiones las tomamos nosotros —la chica repitió sus palabras de antaño con los ojos dudosos—. Bien, yo te cubro, pero vuelve a tiempo, y tráelo, dijiste que vendría.

—Acá estaré y para eso voy, a traerlo.

El peli largo entró a su camerino que estaba en el mismo pasillo, cogió su casco, y salió del recinto hacia el estacionamiento separado para ellos, haciendo lo posible por pasar desapercibido. Antes de montarse le llamó, y después de unos tonos escuchó su voz algo agitada.

—Viktor...

—Horas, voy para allá.

—¡¿Qué?! ¡No! Estás loco.

empathy |LGBT| finalizadoWhere stories live. Discover now