Ansiedad (Romione)

Capítulo 21

-¡Stupefy!

-¡Protego!

-¡Expelliarmus!

Un momento demasiado tarde con el contrahechizo, Hermione sintió que le arrancaban la varita de su mano extendida y vio cómo navegaba con gracia hacia la de Harry. Ella gruñó de frustración y pisoteó el césped con el pie, muy consciente del hecho de que parecía y sonaba como una niña pequeña con mal genio.

-Gracias.-Hermione murmuró entre dientes después de que Harry se acercó y le entregó su varita con una ceja levantada. Ella se lo arrebató con demasiada dureza y dijo.-Vamos de nuevo. Lo conseguiré esta vez.-Ella cuadró los hombros y miró fijamente al frente en un intento de concentrarse más en la tarea que tenía entre manos.

Se suponía que Hermione estaba practicando hechizos defensivos y ofensivos con Harry, algo que usualmente hacían mientras Ron y Ginny trabajaban con George en la tienda. Sin embargo, incluso siendo una tarde de viernes soleada y templada, a Hermione le resultaba bastante difícil concentrarse en otra cosa que no fueran los acontecimientos de ayer y lo que pasó entre ella y Ron en su habitación anoche.

Esa mirada salvaje en los ojos de Ron mientras la golpeaba encima de su tocador se negaba a salir de su cabeza; fue una pasión acalorada lo que los llevó a ambos al borde de infligir dolor real, y lo que le puso la piel de gallina con solo pensarlo. Su labio todavía se sentía magullado por el ansioso mordisco de Ron, pero, por razones que Hermione preferiría no confesar, se negó a curarlo. Asegurándose de que Harry no estuviera mirando, Hermione pasó su lengua por el tierno tejido dentro de su boca y se encogió, pero al mismo tiempo se sintió mejor por ello; el escozor de su mordida sirvió como una especie de merecido y retorcido castigo -en su mente- por su enorme error.

Después de liberarse dentro de ella de una manera tan salvaje, era como si no pudiera contener nada más; Sollozando incontrolablemente sobre su hombro, Ron le mostró un lado de él que nunca había visto antes. Era vulnerable, abierto y descarnado por la emoción. Los había sacudido a ambos hasta la médula y Hermione no sabía qué más hacer excepto pasar la mayor parte de la noche susurrándole garantías y afirmaciones de su amor por él. Mientras recordaba esa noche, no podía recordar que él hubiera dicho mucho en respuesta; Solo asintió mientras caían más lágrimas hasta que lo vio quedarse dormido.

A la mañana siguiente, Ron se fue a trabajar antes de que Hermione se despertara en una cama vacía. No saber exactamente dónde estaba su estado de ánimo en ese momento era una gran distracción para Hermione, impidiéndole realizar el más simple de los hechizos que sin duda podría murmurar en sueños.

-Vamos, Harry.-Dijo Hermione con impaciencia mientras ponía los ojos en blanco y pisoteaba nuevamente cuando Harry no retomó su posición al otro lado del jardín para continuar con su duelo.aSe supone que debo ayudarte, ¿recuerdas?

-Correcto.-Dijo Harry lentamente y cruzó los brazos sobre el pecho, tocando su hombro con la varita.-Hermione, si no te importa que te lo pregunte, y ten en cuenta que me arriesgo a que me maldigan al mencionar esto, pero ¿estás segura de que no puedo ayudarte? Quiero decir, ¿este mal humor tuyo tiene algo que ver con la pelea que tú y Ron tuvieron ayer?

-¿De qué estás hablando? Estoy bien.-Hermione dijo rápidamente y se recogió el cabello detrás de las orejas. Sintiendo que este era el final de su sesión de duelo y que no estaba dispuesta a sufrir más fracasos antes del almuerzo, se guardó su varita en el bolsillo.

Harry suspiró aliviado cuando vio que ella no tenía varita y dijo.-Ron me contó que tenías un problema con todo el asunto de los Aurores. Puedes hablar conmigo sobre eso también, ya sabes... si quieres.

Hermione gimió cuando el peso de su mentira y la ansiedad con la que había estado luchando durante meses subieron a su espalda para unirse a su creciente frustración y fatiga por no dormir lo suficiente.