Capitulo 12

173 10 0
                                    

-Ron, ¿qué estás haciendo?-Hermione preguntó distraídamente.

Ron estaba en cuclillas en el suelo y miró debajo de la cama y luego se arrastró hasta el escritorio buscando debajo. Se levantó de su lugar en el suelo y se giró hacia Hermione que lo miraba extrañada. Ella sacudió la cabeza y bostezó y luego volvió a agitar su varita por la habitación colocando fotos y carteles en las paredes y libros en los estantes de su bolso. Cambió las sábanas a un amarillo claro y las cortinas a un blanco suave antes de convertir las paredes blancas y suaves en grandes papeles pintados con estampados de flores.

-¿Qué aspecto tiene? Me estoy asegurando de que el pequeño bast... me refiero a esa adorable bolita peluda de... sol.-Ron abrió la puerta del baño y encendió la luz.-No está merodeando por aquí en alguna parte.-Satisfecho con el dormitorio y el baño vacíos, relajó los hombros y caminó hacia Hermione.

Ambos finalmente terminaron de desempacar la maleta de sus padres. cosas en su dormitorio y oficina y, después de comer de nuevo para detener los lloriqueos de Ron, ya era de noche y ambos estaban agotados por el día agotador emocional y físicamente. Hermione había insistido en que Ron pusiera la misteriosa bola roja dentro de su mochila con la promesa de que se la llevaría directamente a su padre tan pronto como regresaran al Préstamo al día siguiente. Sin embargo, no se calmó hasta que Ron tomó la mochila y se sentó afuera en el jardín, lejos de su dormitorio.

Agitó su varita por última vez haciendo que varios contenedores salieran volando de su bolso y aterrizaran cuidadosamente apilados dentro del armario.

-Brillante.- Ron dijo mirando alrededor de su habitación sintiendo su esencia en todo lo que veía, desde la gran cantidad de libros que surgían de los estantes hasta las fotografías, tanto muggles como mágicas, alineadas en las paredes y el escritorio.

-¿Por qué odias tanto a Crookshanks?-Hermione le hizo un puchero después de dejar caer su varita a su lado.

-¿No hablas en serio? Ese maldito gato se ha enfadado conmigo desde tercer año y tú lo sabes.- Dijo Ron imitando su puchero. Su rostro se iluminó con una sonrisa cuando vio que su boca se curvaba en una sonrisa.

-Simplemente estás celoso porque no eres el único pelirrojo al que quiero acariciar. No lo niegues.-dijo ella extendiendo la mano y revolviendo su cabello.

Ella estaba coqueteando abiertamente y él lo encontró tan adorable que no pudo evitar agacharse y besarla. Sintió su sonrisa contra sus labios y se apartó para mirarla con afecto. Por enésima vez en los pocos meses que llevaban juntos, se dio cuenta de que ella en realidad era suya. Tenía a la chica, justo frente a él, riéndose y tocándolo, besándolo. Nadie más, excepto él. Ella era tan hermosa e inteligente y él consiguió que ella lo mirara como si valiera todo en el mundo. Esperaba que ese sentimiento nunca desapareciera.

-¿Entonces no lo estás negando?-preguntó, devolviéndolo a la realidad.

Él colocó sus rizos detrás de sus orejas y tiró de las puntas de su cabello.-¿De qué estamos hablando otra vez?

Hermione se rió y él simplemente la miró, observando la forma en que su sonrisa hacía que sus párpados se arrugaran y sus pestañas se entrelazaran.

¿Sus ojos siempre fueron tan brillantes cuando se reía antes? ¿Cómo me estoy dando cuenta ahora? Y su boca, esos labios son tan suaves y su nariz es tan... ¿sexy? ¿Cómo puede hacer que una nariz luzca sexy? Merlín, ahora me estoy excitando por la nariz...

-Ron, estás mirando.- escuchó decir a Hermione y vio sus mejillas enrojecer.

-Lo siento, ¿dijiste algo?- Ron sacudió la cabeza para aclarar sus pensamientos y la erección que amenazaba con expandir sus pantalones.

Ansiedad (Romione)Where stories live. Discover now