Una pepita de consejo

Capitulo 29

Escaparon de Konohagakure a través de un túnel, obra de Jirōbō con su uso del Doton: Moguragakure no Jutsu . El caos sonó de fondo cuando tomaron la carretera y desaparecieron en el bosque. Orochimaru los felicitó desde detrás de la pared de los sellos, ronroneando prácticamente de satisfacción. Para él, solo pasarían unas pocas horas más hasta que resucitara y pudiera tomar el cuerpo de Sasuke Uchiha como suyo.

Mientras corrían con el Uchiha a cuestas, Tayuya se preguntó cómo las cosas podrían haber sido diferentes. Ella no era una persona sensiblera y del tipo "ay de mí", ni mucho menos. No lloró por el dolor de no conocer a su padre ni a su madre. Su vida era su vida y, a pesar de la mierda de todo, trató de aguantar los golpes. Desde temprana edad, había decidido hace mucho tiempo que el mundo era un lugar lleno de basura y que sólo los fuertes sobrevivían, por lo que hizo todo lo posible para volverse fuerte.

Y valió la pena. Ser uno de los shinobi más fuertes de Orochimaru le había dado a Tayuya lujos que otros peones que lamían las botas de Orochimaru ni siquiera podían soñar. No tenía que preocuparse por ser un monstruo experimental en uno de los escondites del Sabio Serpiente repartidos por todo el continente, ni tenía que ser carne de cañón utilizada para probar los límites de una persona de su interés. En cambio, ella era Hokumon no Tayuya y era una de las shinobi más fuertes de Otogakure.

Pero a veces, como ahora, la Oto kunoichi se preguntaba qué significaba eso. Tayuya no sentía verdadero amor por su pueblo o nación. Otogakure no era un hogar para ella. Podría continuar con todo lo que odiaba de Orochimaru y su Otogakure. No odiaba del todo ser fuerte; lo disfrutaba porque, nuevamente, le daba lujos. Odiaba a la persona que le dio la fuerza. Odiaba que en el pueblo nadie se agradara y nadie quisiera atacarse unos a otros. Odiaba la forma en que tenía que abrirse camino hasta la cima para volverse fuerte.

El infierno por el que la hizo pasar Orochimaru fue algo que no muchos pudieron soportar. Cada rasguño, hematoma, herida, hueso roto o cualquier otra lesión grave que haya recibido se debió a él. Los trataba como si fueran reemplazables en cualquier momento; si fracasaban, estarían más dispuestos a levantarse y ocupar su lugar. A diferencia de los demás que eran leales a Orochimaru, ella sentía que lo odiaba exclusivamente.

Entonces, cuando se enteró de que Orochimaru había muerto ese día fiel en Konohagakure, donde los Cuatro del Sonido estaban enfrascados en una batalla con los ANBU, Tayuya estaba extasiada. Por supuesto, su júbilo por la muerte de su jefe fue archivado temporalmente cuando las consecuencias de la Operación Konoha Crush ocurrieron poco después, y ella y sus compatriotas tuvieron que huir de ANBU para salvar sus vidas. Pudieron masacrar a bastantes de sus fuerzas aprovechando sus Sellos Malditos, pero aún así casi enfrentaron la captura.

Cuando regresaron, rápidamente descubrieron que, además de Kimimaro y Guren, eran los más fuertes que Otogakure ahora tenía para ofrecer. Kabuto Yakushi, la ex mano derecha de Orochimaru y extraordinario, no estaba con ellos. Sin Orochimaru, Kabuto habría sido el hombre a cargo, pero no estuvo presente, y debería haberlo estado.

Clamores de traición y traición rodeaban a la gente de Otogakure. Aquellos que fueron liderados por Kabuto fuera de Konoha y Hi no Kuni afirmaron que él se escapó en plena noche mientras descansaban, sin ser detectado por aquellos que estaban observando las fuerzas de Konoha. Eso, por supuesto, despertó a todos.

Otogakure tenía dos tipos de personas: los que realmente seguían a Orochimaru porque creían en él y los que sólo eran obedientes al invocador de serpientes porque él ponía el miedo a los dioses en sus corazones. Cuando se enteraron de que Orochimaru estaba muerto, no pasó mucho tiempo para que se produjeran luchas internas y pronto hubo una guerra civil en las tierras de Oto no Kuni.