" Fiesta sopresa "

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El me habló de algo, pero no le preste mucha atención, siempre era él, él y él otra vez, hacia más de un mes que no me preguntaba por mi, por cosas que me gustaban, nada. Creo que fue por esa carencia de interés que me sentí así de rara, en el buen sentido, cuando Sofia me defendió en la discoteca y se interesó por qué me lo pasara bien. Se que es su trabajo proteger me, pero podía haber hecho como los otros guardaespaldas, quedarse ahí y no insistir.

- No me estas escuchando- me miró.

- No- confesé.

Vi a Amy pasar con la cabeza agachada y reconozco que me dio pena. Mire de reojo a Sofía, ella la estaba mirando y recordé que ella pasó por lo mismo y no tuvo a nadie. Iba a cambiar eso.

- Espera- le dije a Ryan.

Salí corriendo hacia ella.

- Amy, espera- dije.

- No tienes que hablar conmigo por pena, puedes irte o se reirán de ti por juntarte conmigo- dijo en voz baja.

- No lo hago por pena, lo hago porque...- por Sofia- Quiero- dije- Por qué no te sientas con nosotros en el recreo, no nos importaría tener más compañía, además, me gustaría conocer a la prima de mi novio- le sonreí.

- ¿Es algún tipo de broma?- pregunto- Porque ya he tenido suficiente ayer-

- No, te lo prometo- la mire, no confiaba en mis palabras, lógico.

- Me lo pensaré- y con eso seguimos fue.

Me giré y mire a Sofía, ella negó con la cabeza.

- No, ¿que?- pregunte sin entender el gesto.

- Que no va aceptar- contesto.

- ¿Por qué no?- me acerque a ella, respetando la estúpida distancia.

- Porque tu novio va a estar, porque no tiene amigos y encima, me juego un dedo a que es la primera vez que hablas con ella- se cruzó de brazos.

- Pues si, lo es, pero no quita mis buenas intenciones- dije.

- No se fía de ti- soltó, directa- Yo tampoco lo haría en su situación, que tengas cara y voz de niñita buena, no significa que todo el mundo vaya a confiar-

No se si sentirme ofendida por eso o darle la razón.

- Vendrá, ya verás- le asegure- Soy encantadora-

Una pequeña sonrisa apareció en su rostro, lo vi.

- ¿Te has reído? ¿Eso ha sido una sonrisa?- la señale.

- No se de que me hablas- me miró fijamente.

- Has sonreído, no lo ocultes, no se lo diré a nadie, chica "yo no siento nada"- imite su voz lo mejor que pude.

- Yo no hablo así- dijo seria.

- Eso es porque no te escuchas- repetí lo mismo que me dijo ella.

- Si lo hago, mi voz es más grave- lo era, pero fue lo mejor que pude hacer.

- Pero solo un poco- alzó su ceja- Vale, si, más que la mia, ¿contenta?-

- Mucho...señorita- dijo casi en un susurro.

No, no y no. Cuando me pedí que me llamase por mi nombre fue porque era lo que me decían esos hombres en la discoteca y no lo aguantaba, pero claro, ahora escuchar mi nombre salir de su boca era demasiado....tentador.

- Te lo pedí porfavor, no me llames asi- le advertí.

- Esta bien, Morgan- eso mejor.

El timbre sonó y yo entre a clase. Cuando me aburría me ponía a dibujar o si no la veía tras el cristal de la puerta. Aunque solo veía su espalda, me gustaba. Saber que estaba ahí me hacía sentir un poco más segura.

Sin darme cuenta hice un retrato de sus ojos. Comencé a dibujar sin pensar, deje que saliera solo y acabó saliendo eso. Arranque la hoja y la guarde en el bolsillo de mi pantalón.

¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué me sentía así cerca suyo? Era mi guardaespaldas, nada mas. Céntrate, en clase, en algo, pero no en Sofía.

Intente reconectar con lo que el profesor dijo, pero nada, mi cerebro se negaba a disipar las imágenes de ella en la piscina, practicando con Austin o en su cuarto cambiándose la camisa....

Cruce mis piernas inconscientemente. Un pequeño hormigueo se instaló debajo de mi viente. Las manos me comenzaron a sudar y tuve un poco de calor. Levanté la mano y pedí permiso para ir al baño.

Tenía que refrescarme un poco, me estaba encontrando un poco acalorada. Al salir ella me miró y ese hormigueo se intensificó. Fui al baño sin decir nada, pero podía escuchar sus pasos detrás de mi. Abrí el grifo y moje mi cara con agua fría. Se sintió genial, pero ese hormigueo no se iba y menos cuando la vi apoyada en el borde de la puerta mirando me.

- ¿Estas bien?- seguía mirando me.

- Si- respondí, pero no se creyó nada, no sabía mentir muy bien.

Hice unas pequeñas respiraciones, cogí papel y me sequé la cara. Ella seguía mirándome al igual que ese estúpido hormigueo segua ahí.

- Estoy bien, solo tenía calor- evite mirarla, cada vez que lo hacía, más aumentaban.

- Hacen veintiún grados con un pco de aire, tu asiento esta al lado de la ventana, la cual está abierta- la mire incrédula.

- ¿De verdad te fijas en todo?- asintió.

- Mi trabajo es protegerte y ver tu entorno es esencial- respondió.

- Si bueno, pero pareces una acosadora enamorada de mi sabiendo todo eso- bormee.

Ella no dijo nada, pero entrecerro los ojos un poco, después volvió a su cara inexpresiva de siempre.

- Era broma- aclare.

- Lo sé- soltó.

- Vuelvo a clase- se hizo a un lado y pase.

Entre de nuevo y volví a sentarme. Mi hermana me miró extrañada, pero decidí ignorarla. Mire mi cuaderno de dibujo y se me ocurrió una idea.

Como no tenía regalo para su fiesta porque no sabía que quería, le haría un dibujo. Ahora solo necesitaba tenerla quieta y frente a mi durante una hora, por lo menos.

......

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Mi espía favoritaOnde as histórias ganham vida. Descobre agora