Capítulo 22

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17 años después.

                             

Jimin subió silbando las escaleras secándose las manos en los vaqueros. Estaba feliz, más que de costumbre. Era sábado, no había clases al día siguiente ni trabajo para Minjeong y para ella. Los viernes eran su noche con su mujer, y los sábados noche familiar. Minjeong y ella solían cocinar una receta nueva sacada de cualquier programa que de cocina y después todas comían juntas, quedándose charlando hasta que alguna caía dormida (Jimin siempre acababa llevando en brazos a una Kim dormida a su respectiva habitación).

                             

Aquella noche habían preparado una pizza vegetal sacada del nuevo libro de recetas vegano que les había regalado Chaehyun, con base de calabacín. Jimin sólo esperaba que aquello no acabara como la última vez, con Minjeong y ella escabulléndose a escondidas de la casa para comerse una hamburguesa del McDonald's en el coche.

                             

Chaehyun, que una noche como aquella casi dieciocho años atrás no había sido más que un pequeño ser humano, se había convertido en una copia adolescente de Minjeong. Jimin agradecía que sus genes relajados hubieran domado algo el carácter Kim, pero cuando madre e hija comenzaban a discutir, sabía que tenía que desaparecer de la habitación si no quería salir mal parada. Cuando su mujer y su hija la miraban buscando una jueza para sus disputas, lo único que podía pensar era que la tragase la tierra. Iba a acabar perdiendo escogiera el bando que escogiera, aunque con los años había aprendido que en el equipo de Minjeong había recompensas más satisfactorias.

                             

Jimin correteó hacia la puerta de su hija, que no había respondido a sus llamadas desde el piso de abajo, y la abrió sin pensar ni un segundo que tal vez no quería encontrarse con lo que allí dentro aguardaba. La habitación de Chaehyun estaba normal, el escritorio pulcramente ordenado, las fotos de las vacaciones familiares, las fotos de sus primos, los hijos de Ningning y Giselle, el balón de voleibol... Sin embargo, un objeto desconocido se interpuso en la vista de Jimin. Más bien, un cuerpo desconocido más cerca de Chaehyun de lo que los parámetros de la casa de las Kim-Yu permitía, de lo que los parámetros de Minjeong permitían. Jimin miró con los ojos muy abiertos a aquel joven con la camisa a medio desabrochar y el pelo revuelto, y la cara de susto de su hija.

                             

-¡MAMÁ! - gritó Chaehyun tapando al chico con ambas manos, como si pudiera ocultarlo, como si Jimin no lo hubiera visto.

                             

-¡Lo siento! - exclamó Jimin tapándose los ojos. Tenían la misma sangre al fin y al cabo -. Eh, es hora de cenar, ¿quieres quedarte, Joan?

                             

Jimin se destapó los ojos ante el silencio en la habitación. El chico estaba boquiabierto.

                             

-Yo... me llamo Ivann, señora Yu.

                             

-Oh - musitó Jimin. Mierda.

                             

La parte de Afrodita que le correspondía por nacimiento desde luego estaba haciendo el efecto indicado. Por lo que le había chivado su sobrino Dan, no había nadie, chico o chica, que no se le hubiera declarado a Chaehyun en el instituto. Y Chaehyun, por supuesto, usaba aquello en su favor. Jimin no recordaba haber visto a su hija dos veces con la misma persona.

The great 12 - Winrina/JiminjeongWhere stories live. Discover now