Capítulo 4

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Jimin vio cómo Minjeong la miraba mientras terminaba su copa, sentada entre Kai e Ryujin en ese sofá de terciopelo. También vio cómo su vestido se deslizaba arriba sobre su muslo de forma imperceptible, y el movimiento lateral de su cabeza hacia la entrada a la zona cubierta. Observó cómo se levantaba, cómo les sonreía a los otros dos y caminaba, sola, moviendo sus caderas en un balanceo mortal. Jimin sólo se dio cuenta de que había estado conteniendo la respiración cuando Minjeong giró un poco la cabeza, directamente para mirarla y le guiñó el ojo. Tragó saliva. Tenía que ser fuerte, conservar la poca dignidad que le quedaba después de que Minjeong la hubiera dejado plantada. Al diablo.

                             

Apuró su trago de un buche y dejó el vaso sobre la madera con un sonoro golpe y se levantó de la mesa en la que había observado, más molesta de lo que estaba dispuesta a admitir, cómo Minjeong bailaba con Kai y con Ryujin. La siguió despacio, manteniendo una distancia prudencial entre ellas. Maldijo a Circe por aquel vestido rojo, por aquella espalda abierta, por esa melena oscura que se balanceaba sobre sus hombros, la misma que le había rozado las mejillas antes de que aquellos dos idiotas de sus primos la arrebataran de sus brazos.

                             

Vio como Minjeong giraba en el pasillo de los camarotes, y cuando ella hizo lo mismo, no le dio tiempo a reaccionar cuando Kim Minjeong la empujó contra la pared. Jimin se recostó sobre el muro de papel pintado, sintiendo las manos de Minjeong apoyadas en ella junto a su cintura, sus torsos apretados, peligrosamente apretados, y sus bocas muy muy muy cerca.

                             

-Te he estado buscando toda la noche.

                             

Jimin la agarró de la cintura, y Minjeong captó el mensaje de que no tenía que arrinconarla para que no se moviera. Desde luego, no pensaba hacerlo. Las manos de la pelirroja se movieron a la franja de piel descubierta que dejaba a la vista su top y la cinturilla alta de su pantalón, arañando suavemente con sus uñas.

                             

-Estabas bailando con Kai - susurró Jimin acercándola aún más -. Y luego con Ryujin...

                             

-Todo queda en familia, ¿eh?

                             

Minjeong sintió el aire de la risa ronca de Jimin junto a su oreja y se le erizó el vello de la nuca. Agarró las presillas del pantalón de Jimin y tiró de ellas. Ya no había tiempo para sutilezas. Sintió la presión del muslo de la otra entre sus rodillas y abrió las piernas de forma instintiva, sintiendo como su vestido subía, cómo la pierna de Jimin apretaba su centro dejándola sin respiración. Dejó caer prácticamente todo su peso sobre ella, justo antes de que la otra agarrara su barbilla y tomara su boca con los labios. Había algo oscuro en su beso, como caer a un pozo oscuro y sin salida, algo mortal en el lento terciopelo de su boca. Algo de lo que, desde luego, no estaba dispuesta a alejarse.

                             

Separó sus labios para explorar la boca de la otra con su lengua al tiempo que Jimin bajaba las manos hasta apretar su culo, haciendo aún más presión en su sexo sobre su muslo. Se estaba balanceando sobre él a un ritmo lento pero intenso. Minjeong se sentía a punto de explosionar.

                             

-Jimin... - gruñó -. Vamos a la habitación...

                             

The great 12 - Winrina/JiminjeongWhere stories live. Discover now