Capítulo 9

456 81 13
                                    

Partieron de nuevo cuando sus relojes marcaron las seis de la mañana. Se despidieron de las otras dos a través del muro que se había formado, todas se pidieron cautela y se desearon suerte, y luego comenzaron a caminar en direcciones opuestas. Minjeong caminaba rápido, siempre unos pasos por delante, a un ritmo firme. Jimin la observaba la mayor parte del tiempo. Ninguna había dicho nada del beso de la noche anterior, ni parecían dispuestas a hacerlo. Actuaban como si absolutamente nada hubiera pasado. Jimin la entendía. Le había quitado de la cabeza eso de que había perdido su oportunidad, pero desde luego, no iba a regalarle nada.

                             

Minjeong la sentía incansable siguiendo sus pasos, como una sombra, lo que le daba tranquilidad y la inquietaba a partes iguales. Jimin siempre la desconcertaba, siempre en silencio, siempre observando. La noche anterior le había devuelto el beso como una amante entregada, desvaneciéndose en la seda de sus labios, acariciando su rostro con una suavidad infinita, y al despertar en la mañana otra vez la fría hija de Hades que parecía ante todos los demás. Pero Minjeong era orgullosa, y quien algo quiere algo le cuesta, así que el próximo movimiento le tocaba a Jimin.

                             

-Minjeong - dijo entonces, correteando hacia delante, para ponerse a su altura -. Esto... ¿tú... tienes relación con tu padre humano?

                             

"¿Qué clase de pregunta es esa, Jimin Yu?", se reprendió a sí misma. Se había propuesto iniciar una conversación con Minjeong, y llevaba horas pensando en cómo hacerlo. Conocía el sexo, cómo hacer para ser deseada y para atraer a las personas, pero en el momento en el que quería gustarles de verdad, fuera del plano físico, era un desastre. Minjeong sonrió. "Adorable".

                             

- Mi padre humano es un francés presuntuoso - explicó Minjeong -. Ceno con el en Navidad y esas cosas, pero perdimos algo nuestra relación cuando me independicé.

                             

-¿Lo quieres?

                             

Minjeong se encogió de hombros.

                             

-Sí, bueno, es mi padre. Hay que querer a los padres, ¿no?

                             

-Yo no quiero a mi padre.

                             

-Ya, no me has dejado terminar. "Hay que querer a tu padre cuando no es el dios de los muertos" .- Rió al ver la sonrisa de Jimin -. Yo tampoco quiero a mi madre. Sólo la he visto un par de veces, y jamás me ha dado nada. No me refiero a dinero, o algo así, sino un poco de... ¿aceptación? No lo sé.

                             

-Hades se piensa que eso se compra con dinero.

                             

-Y ahora nos mandan a jugarnos nuestras vidas para salvarles el culo. Son... odiosos. - Hizo una pausa -. ¿Tú quieres a tu madre humana?

                             

Jimin frunció el ceño. Minjeong se acordó tarde de cómo había llamado a su madre entre pesadillas, con aquel dolor desgarrado. Sin embargo, para su sorpresa, cuando Jimin habló lo hizo con calma.

The great 12 - Winrina/JiminjeongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora