47. Montaña rusa de emociones

9.8K 748 80
                                    

Christine

—¿Qué tal las cosas con Emilia?

—Ayer estuvieron bien —vi su ceño fruncirse—, Emilia tiende a tener cambios de humores

—¿Qué tal ayer? —sonreí

—Estaba feliz, está aprendiendo a ser independientes con muletas —dejo su libreta de lado para prestarme atención—, charlamos un buen rato y pasamos la tarde viendo películas

—Me alegro de que las cosas estén mejor

—Igual yo, espero que continúen así —tome un poco de vino

—¿Qué opinas de este diseño? —volteo su libreta para que pudiera verlo

Nos había gustado la idea de pasar tiempo juntas tomando vino mientras charlábamos. Ella había acomodado sus tiempos para pasar tiempo conmigo y sus hermanos, cosa que me pareció buena idea

—¿Puedo preguntarte algo?

—Lo que quieras cariño

—Si ya habías aceptado mi preferencia ¿Por qué hiciste esas cosas contra Emilia?

—El día que era la comida para recibir a tu hermana, me tomo por sorpresa al verla en la mesa, porque no sabía quién era, o porque estaba ahí, se supone que era una comida familiar

—Mi padre y sus invitaciones improvisadas

—Lo sé, él me explico ese asunto —tomé un poco de vino mientras la escuchaba—, creí que me la presentarías, tu padre dijo que se la presentas te a él, a tu hermana y tus abuelos —asentí—, espere paciente que eso sucediera, pero no paso

—Tenía miedo de tu reacción hacia a ella, porque no dejabas de mirarla

—Me causaba curiosidad su vestimenta, no lo digo porque no combinaba con nosotros, lo digo porque —soltó una risa por debajo al verme—, a ti jamás te han gustado los deportes —solté una risa por debajo

—Sí, en eso tienes razón

—Es lo que me causaba curiosidad —tomo un poco de vino—. En la noche hablé con tu padre, le dije que no tenías pensado en contarme y tenía que hacer algo para que te acercaras, me conoces sabes que yo nunca doy el brazo a torcer —asentí dándole la razón

Somos tan parecidas en eso.

—Le dije que tenía que presionarte y no le pareció la idea, pero aun así lo hice —reí negando—. Creí que tomarías valor y me dirías que es alguien quien estabas conociendo, que tienes edad para que yo ya no opine en tus asuntos amorosos, y ese tipo de cosas, en verdad creí que dirías algo como eso

—Nunca he sido valiente, no ante ti, en verdad tenía pensado decir algo, pero solamente me fui sin decir nada

—Todo lo que hice era para que me la presentaras, toda la presión que te metí era para eso, aunque suene estúpido, pero no sabía cómo hacer para que me dijeras "mamá ella es Emilia, y estamos saliendo" —reí negando—, así que tuve que tomar las riendas el día de tu cumpleaños —me miro con su ceño fruncido— ¿No le dijiste que era tu cumpleaños? —negué

—Sabes que no me gusta celebrarlo

—¿Qué tal este? —sonreí recordando aquella noche

—Fue un buen cumpleaños

—Emilia te ha cambiado para bien, así debe ser un buen amor, ese que te alienta a alcanzar todas tus metas, el que proteja del pasado que no puedes curar, del que te apoye a recobrar cosas que has olvidado, el que te ayuda a reencontrarte —la mire—, Emilia hace eso contigo. Toda la familia nos hemos dado cuenta que estas volviendo hacer esa Christine encantadora la cual conocíamos —soltó una pequeña risa—, nadie podía creer que estabas volviendo a bailar, con lo mucho que te encanta —sonreí—, Emilia te ha ayudado a reencontrarte, y no sabes lo agradecida que estoy con ella por eso. Se que ella es la indicada para ti, pero —tomo un poco de vino—, eso no puedo determinarlo yo

Un juego a la vezWhere stories live. Discover now