Capítulo 23

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Capítulo 23

—Wow... —creo que babeo un poco cuando veo el nuevo auto de Emily y eso que no soy un fanático de los autos.

—¿Te gusta? Es un regalo de compensación por lo del bar.

—¿Un Porche?

—Esos imbéciles ganan millones con la mierda que trafican, te aseguro que no les dolió el bolsillo por esto.

Me subo casi con miedo porque solo una rueda de esta cosa vale más que mi departamento, nos movemos por la ciudad y voy entendiendo por qué a las personas les gustan los lujos, tengo la sensación que los demás conductores nos dan espacio a pasar. Llegamos al bar donde en pocos días pretenden abrir de nuevo, ya todo está casi listo y por supuesto Emily no se puede dar el lujo de tener cerrado por más tiempo.

—Me gustan los cambios que hiciste.

—Tenía pensado hacerlos hace tiempo, pero no necesitaba la mierda que pasó. La policía me va a tener en la mira por bastante tiempo. Logan Baker y Yamamoto son dos idiotas que siempre están en la mira de ellos, que tuvieran problemas en mi lugar no me conviene para nada.

—Azalea... —Reina aparece y me abraza— ¡Alan! Qué bueno que estás mejor cariño.

—¿Qué sucede?

—Nada grabe, solo que llegaron unas chicas pidiendo trabajo.

—Bien, después lo veo. Ahora debo hablar con Alan.

En la oficina de Azalea me siento y ella se quita los lentes de contacto porque el uso diario está comenzando a lastimar sus ojos, pero no quiere dejar de hacerlo. Hay una razón por la que los usa y ese es el único secreto que tiene conmigo, jamás me lo ha dicho. Después saca una carpeta y me la da, dentro está el perfil de dos personas más o menos de la misma edad, ambos se parecen a mí, Jeremiah y Dean Goldberg.

—¿Quiénes son ellos?

—Dean Goldberg es tu donante de sangre, el otro, es su padre —una de las razones por las que no insistí en preguntare a Emma y Erika por este asunto es porque no quería tantas vueltas, Emily siempre me dice todo sin rodeos—. El maldito cerdo que lastimó a la insoportable de Erika.

Observo la fotografía del maldito y Jones tenía razón, aunque puedo notar ciertas diferencias como sus cejas más pobladas, su nariz más ancha y que tiene un hoyuelo en la barbilla, me parezco demasiado al maldito degenerado que ahora sé es quien me engendró de la forma más asquerosa que puede existir, con razón ella no podía soportarlo, verme seguro le recordaba el dolor que pasó todos los días, ver mi cara le recordaba el peor momento de su vida, por eso se fue.

—¿Qué pasó con él?

—Ahí está todo, lee la maldita cosa —veo a Emily hasta que termina suspirando—. Después que su hijo llamó a la policía se lo llevaron y tu abuelo presentó todos los cargos, Erika tuvo que declarar y el mal nacido dijo lo típico que hacen, decir que ella lo sedujo. La policía investigó si había más víctimas y por supuesto que las había... siempre las hay, así que lo condenaron a setenta y cinco años en una cárcel de máxima seguridad, su hijo que era menor de edad también fue enviado con sus abuelos a Los Ángeles luego de comprobar que no había sido abusado también. Se suicidó diez años después o eso se supone.

—¿Cómo se supone?

—Hay antecedentes de que lo mataron, pero era un violador, qué más da si lo mataron o se mató. Su hijo vivió con sus abuelos hasta que se fue a la universidad, estudió negocios internacionales, ahora es gerente de una empresa de construcción que se llama —me quita la carpeta y la ojea— AmericanIngenier. Ellos nunca supieron de ti, tu abuelo los movió al otro lado de la ciudad y se aseguró que nadie los conociera. Cuando no encontraban donantes para ti y el medico dijo que tu tipo de sangre era heredable Emma propuso buscar a Dean, Erika se opuso hasta que necesitaste la sangre de emergencia, ella fue quien lo buscó.

En blanco y negroWhere stories live. Discover now