Capítulo 6

1.5K 163 7
                                    

Capítulo 6

William

—William... William... ¡William! —salto del susto por el grito que Gabriel me da— la señorita te preguntó si quieres algo más.

—Lo siento —me disculpo con la mesera que me mira algo divertida—. El café y el sándwich está bien.

—Bien, les traigo de inmediato su pedido.

—¿Qué demonios sucede contigo? —Gabriel pregunta a penas la chica se va— Desde anoche estás extraño, además que te fuiste sin decirle nada a nadie y ahora te distraes cada cinco segundos.

—Estoy bien, no me pasa nada. Anoche... recordé que tenía algo que hacer —miro hacia la puerta de la cocina donde debe aparecer la chica con nuestro pedido, aunque sé que Gabriel me mira.

—Todos te vimos salir tras ese hombre, Will. Ese que te quedaste viendo como idiota cuando estábamos pidiendo las cervezas. ¿Lo conocías?

—¿Qué? Eh... no, solo le devolví su bolso, después me fui por mi cuenta, ya te dije que recordé que tenía algo que hacer. No hay nada raro en nada, ¿Por qué preguntas? Además ¿Por qué se fijan en lo que hago?

—Tranquilo, es solo que nos preocupaste.

Me quedo callado porque Gabriel me conoce bien y sabe que cuando me pongo nervioso parloteo diciendo cualquier cosa y ahora mismo estoy nervioso, nervioso y distraído. Y creo que tengo todo el derecho a estarlo porque mi mente no deja de pensar en lo que pasó esta tarde con Alan. Ese beso, ese beso que me ha hecho sentir más de lo que lo he hecho alguna vez.

Ayer me estaba quejando que era incapaz de sentir interés en alguien y hoy no dejo de pensar en ese chico. En su voz, en su risa, en sus ojos tristes. Pero por sobre todo en la forma que me sentí a su lado. Esa fue la primera vez que me sentí cómodo con alguien dentro de mi casa, a excepción de mi familia no invito gente a mi lugar porque es como un sitio privado para mí y la única persona que se ha quedado a dormir ahí ha sido mi hermana. Siempre he sido quisquilloso con eso, incluso cuando vivía con mis padres mi habitación era sagrada. Pero con Alan... con él en ningún momento me sentí invadido ni siquiera cuando de una vez se quitó la ropa y se metió en mi cama, o cuando fingió dormir. Porque sé que no lo hizo de inmediato como pretendía, de hecho, yo me dormí primero.

Quizás me estoy volviendo un poco loco.

—Gabriel... ¿puedo preguntarte algo?

—Claro.

—¿Alguna vez has sentido una conexión inexplicable con alguien que no conoces? Digo, como que te sientes cómodo a su alrededor a pesar de ser la primera vez que lo ves.

—Pues... —se queda pensando un rato para después mirarme como adivinando el motivo de mi pregunta. Y la verdad no me sorprende porque Gabriel es demasiado inteligente además de que me conoce muy bien— la verdad es que sí. Me pasó contigo.

—¿Cómo?

—Cuando nos conocimos me agradaste desde el principio, sabes que con los años me convertido en un profesor algo cascarrabias y como que a veces me molestan los alumnos así que tener a un nuevo interno no era algo que quería. Pero cuando te conocí no me molestaste como pensé que lo harías y hasta te convertiste en mi amigo. Aunque creo que tu pregunta no va por el lado de la amistad ¿verdad? —niego—. William, ya te dije que no debes preocuparte por lo que diga la gente, si no te gusta nadie está bien, y si te enamoraste de alguien a primera vista eso también está bien.

—Yo... ese hombre, el del bar. Me hizo sentir extraño desde que lo vi y no sé por qué. Yo... lo seguí y cuando vi que tenía la intensión de dormir en el parque lo invité a mi casa...

En blanco y negroWhere stories live. Discover now