Capítulo 19

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Capítulo 19

William

—El estilo barroco, el término más bien dicho tuvo en su época un sentido peyorativo, algo que en vez de engrandecer el estilo en realidad lo hacía peor. Incluso hubo quienes lo llamaron ofensivo —me muevo frente al auditorio, frente a al menos cincuenta alumnos ponen atención a lo que estoy diciendo—. Fue a finales del siglo diecinueve que fue revalorizado por Jacob Burckhardt y en el siglo veinte por Bebedetto Croce y Eugenio D'Ors. Anoten esos nombres...

Sigo con mi clase porque enseñar siempre será mi pasión y porque seguir con mi vida es lo que debo hacer, debo agradecer que las clases comenzaron solo unos días después que volví de Nueva York, preparar el material que necesitaba para las primeras clases, conocer a los nuevos alumnos y tomar mi nueva oficina ahora que ya soy profesor titular me mantuvo ocupado. Mis padres están al pendiente de mi como siempre, mamá le contó todo a mi padre y ahí me enteré que el fotógrafo que estaba trabajando con ellos en la campaña de publicidad de su agencia era precisamente el hombre que me ha hecho padecer estos últimos días. Mi padre me contó que la campaña estuvo paralizada por la semana que estuvimos fuera de la ciudad, que mientras Alan no estaba, su asistente y su publicista adelantaron los conceptos de las demás sesiones faltantes y el trabajo se adelantó a petición de ellos. quieren terminar lo antes posible, la excusa... el fotógrafo tiene problemas de salud, pero sé que es porque no quiere estar aquí, Alan no quiere verme y aunque sé que es lo mejor, que estar con alguien con sus problemas de adicción es algo que no puedo ni quiero hacer por mucho que lo quiera no puedo dejar de sentirme culpable. Como si el que hubiese hecho algo malo hubiese sido yo, cuando en realidad nadie hizo nada, si todo terminó así es solo porque él no quiere arrastrarme a sus problemas y yo no creo ser capaz de enfrentarlos. ¿Soy un cobarde? ¿no lo quiero lo suficiente?

Mis padres, Gabriel, e incluso mi hermana, todos me dicen que dejarlo es lo mejor, que por mucho que Alan sea la única persona en el mundo que me ha hecho sentir enamorado no puedo hacerme cargo de traumas, problemas y cargas que no son mías, menos cuando él parece no tener la intención de salir de donde se encuentra.

Duele enormemente saber que Alan está aquí pero no puedo verlo, sus ayudantes dejaron el edificio el mismo día en el que volví y se encargaron de sacar sus cosas del departamento que usaba, no sé cunado volvió, solo supe por mi madre que el trabajo en la agencia se retomó y esperan que esté todo terminado en unas cuantas semanas. Aunque no he preguntado porque no quiero que mi fuerza de voluntad flaquee no he querido saber más, solo lo que me han contado por su propia voluntad, pero, aunque no me lo diga, sé que papá tuvo una seria conversación con él el día que se presentó, me muero por saber lo que hablaron, pero no puedo hacer nada para saberlo.

—Bien, dejaremos hasta aquí el tema de hoy —digo cuando falta menos de media hora para que termine el horario de mi clase—. Les daré diez minutos para que piensen en las dudas que tienen sobre la clase de hoy y las aclaramos antes de terminar...

Me dedico a ordenar mis cosas mientras los chicos comentan entre ellos todo lo que vimos el día de hoy. Este es un grupo de tercer año, ya saben el ritmo de mis clases así que eso me permite avanzar con una buena velocidad. Más tarde tengo una clase de primer año, a penas conozco a los chicos así que es algo más pesado y consume mis energías.

—¿Listos? —me acerco a la masa— Levanten la mano quienes tengan dudas y vamos de a uno...

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En blanco y negroWhere stories live. Discover now