El vecindario

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Después de que su novia lo echara de casa, a Logan no le quedó más opción que regresar con sus padres a su nueva propiedad. Y todo empeora cuando le dicen que tendrá que estar solo los primeros siete días, ya que saldrán de la ciudad por un tiempo. Sin muchas explicaciones y con la mente hecha un caos, emprende su viaje hacia el sur.

La casa de sus padres se encontraba en una zona rural, un pequeño vecindario de unas doce casas aproximadamente. Llevaban solo un mes viviendo allí, luego de que el casero los echara de su apartamento en la ciudad por no pagar el alquiler a tiempo. La mente del hombre era todo un dilema, no quería ser una molestia para sus padres, pero tampoco podía ver a su mujer ni por dos minutos seguidos. En la cajuela de su auto llevaba las pocas pertenencias que Maya le había permitido conservar. "Maldita zorra", pensaba él.

Después de las dos horas de camino, llegó a su destino. El poblado era bastante silencioso, parecía casi inhabitado, uno de esos lugares donde todas las casas son prácticamente iguales. Misma estructura, mismo color, etc.

Le costó un poco encontrar la casa de sus padres entre todas las demás, pero lo logró. Genial, ahora tendría que cargar las maletas y todo por sí solo, qué fastidio.

Decidió llevar primero la mini nevera hacia la entrada, pero fue interrumpido por una señora muy rara que se acercó.

—Hey joven.

Logan la miró extrañado, era una desconocida.

—¿Sí? —respondió colocando la nevera entre sus piernas.

—¿Has firmado con ellos antes de venir aquí?

El hombre tardó un par de segundos analizando sus palabras. Sus padres, seguro que se refería a ellos.

—No, si se refiere a firmar la propiedad de la casa, no lo he hecho. Estaré por poco tiempo -respondió.

La mujer, vestida completamente de gris con ropas bastante antiguas, daba malas vibras, sobre todo porque tenía un collar llamativo en el centro del pecho, un símbolo desconocido para Logan.

—No, digo que si has firmado con la Logia para poder mudarte. Los que no firman, se van al otro lado —explicó la mujer con los ojos muy abiertos, para luego rascarse su despeinado y canoso cabello.

—¿De qué otro lado habla? Esta es la casa de mis padres, ellos están de viaje pero volverán pronto. Si deben firmar algo, conversen con ellos.

Cuando intentó agarrar de nuevo la nevera, la mujer le sostuvo brazo. Tenía la mano muy fría y áspera.

—Tus padres ya están del otro lado.

Logan, desesperado, se rasca la nuca pidiendo paciencia y mirando al cielo.

—Señora, ya dije que están de viaje. ¿Será que me deja terminar de entrar mis pertenencias?

La mujer sonrió de forma siniestra, sin más, se dio la vuelta para irse.

Logan, con muchas preguntas en la cabeza y una sensación de peligro, decide entrar a la casa. Saca las llaves y abre al instante. Nada más que entró, el olor fétido de dos cuerpos en descomposición inundó sus fosas nasales. Eran sus padres.

Antología de Cuentos Oscuros (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora