Chapter Twenty-Nine

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P.O.V. Angie.
Mis primas, Benja y yo estábamos en la parada para tomar el transporte público que nos llevaría a la prepa.

—Miren, ahí está nuestra micro, esa es la ruta que nos dejará ahí cerca de la escuela—nos dijo Benja—.

—Ok—dijo Ana Ju mirando hacia allá—.

—¡Suben!—gritó Benja—.

—¿Nos subimos por la de enfrente?—prehunto Lili—.

—Así es—nos dijo él, este plantó y los cuatro nos subimos—buenas tardes, cuatro a la catorce por favor.

Un señor que vendía cosas hablaba, con mis primas nos miramos y reímos divertidas. Quizás parecería ridículo pero todo era nuevo para nosotras, primero porque antes vivíamos en Madrid, y ahora porque siempre pasábamos encerradas en casa y con nuestros lujos, no experimentábamos estas cosas.

Salí de mis pensamientos cuando sentí que alguien tomó mi mano. Era Benjamín, miré nuestras manos y después a él, este me sonreía así que correspondí su sonrisa.

—¿Qué? ¿Ya se asustaron en su primera subida al transporte público?—dijo él divertido hacia mis primas quienes miraban todo—.

—Para nada, no somos fresas, somos bastante alivianadas, nos gusta conocer gente buena—dijo Ana Ju—personas que luchan por traer comida a su casa, además, está pudo haber sido la vida de mi hermana y la mía si los Torrenegro no nos hubieran adoptado.

—Y quizás también la mía—hablé por primera vez—conozco a la tía Columba, estoy segura que no fue ella la que ayudó a mi mamá, a lo mejor mi verdadero padre era alguien que debía ganarse la vida como sea y...

—Conociendo a Columba, no lo aceptaría—dijo Lili divertida, reí—.

—Oigan y así como para reforzar la amistad, pues yo les enseño más de mi mundo y luego ustedes un poquito del suyo—habló Benja, lo golpeé con el hombro divertido—si, ese de los riquillos fufurufos.

—Ok, pero no te vas a sorprender mucho—dije—es muy aburrido, lleno de poses y apariencias, ya ves las ideas cerradas de nuestro abuelo.

—Si, se ve que le caí como patada de mula, me vio como muy poca cosa—dijo él algo serio—.

—No digas eso, la gente no vale por su apariencia y por su dinero tampoco—dijo Ana Ju—además, si ustedes quieren tener algo, deben luchar por eso—Benja y yo nos miramos y luego a Ana Ju, está rió y señaló nuestras manos—no son muy disimulados.

Reí algo sonrojada.

—¡Órale, cáiganse con la lana!—todos empezaron a gritar asustado cuando un hombre subió con un arma—.

Este se acercó a todas la personas a quitarle sus pertenencias. Las tres sacamos nuestros celulares para dárselos y él habló.

—Estas güeritas se ven que tiene harta lana, a ver vamos, rápido—este me tomó del brazo y otro tomó a mis primas—.

Love Story || Benjamín GarcíaWhere stories live. Discover now