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P.O.V. Angie. Josh se iba a retirar con mi prima en brazos pero el padre de Dano habló.
—Si alguien se mueve ella pagará las consecuencias.
—Imbecil ¿no ves que está inconsciente?—habló mamá molesta—.
—Señor, de la orden—habló Narvy hacia el abuelo—.
—No dispares, Narvy.
Romeo como pudo se colocó a mi lado para evitar que me acercara.
—Deje a mi sobrina en paz—habló el tío Gael queriéndose acercar pero la señora lo apunto con un cuchillo—.
—Por favor, podemos resolver esto sin necesidad de violencia—habló la abuela—por favor se lo suplico, baje el arma.
—Hablemos como gente civilizada—habló el abuelo—yo puedo ayudarles a explicarles todo sobre su hijo.
—Por favor no me mate, por favor—lloró Ana Ju—.
—¡Máteme a mi, máteme a mi, a ella no le haga nada, yo daría la vida por mi hija, por favor!—dijo la tía Camila—.
—¡No se muevan o les juro que disparo. Si mi hijo está muerto, ella también puede estarlo!
—Usted estaría dispuesta a todo si su hija fuera cenizas—dijo la mamá de Dano hacia la tía Camila—ni siquiera nos despedimos de Dano.
—Ya se lo dijimos, señora, fue un protocolo de traslado—dijo el tío Calixto—y tú deja de apuntar a mi hija porque ella no tiene la culpa de nada.
—Mi hijo tampoco tenía la culpa—dijo la señora—disfrutaba la vida, y si estaba en coma pero hubiéramos podido cuidarlo. Ustedes lo mataron.
—¡Y ustedes también tuvieron el descaro de demandarlo, son unos crimínales!
—Mi hija y mis sobrinos casi pierden la vida por la culpa de su hijo—dijo el tío Gael acercándose, él señor empujó a Ana Ju hacia su esposa y apuntó hacia mi tío, mientras la señora amenazaba con un cuchillo a Ana Ju—¡No te acerques o te juro que disparo!
—Gael—habló mamá teniéndolo del brazo—.
—Mátame, no seas cobarde, mátame—dijo él—mátame, dispara.
—¡Hágale entrar en razón, nosotros no tenemos nada que ver con lo que le pasó a su hijo!—habló mamá hacia la señora—.
—Dispara ya.
—No papito, no quiero te mueras—habló Oliver casi acercándose—.
Papá sin pensarlo se metió e hizo que el señor desviara el arma y disparara para otro lado. Y así empezaron a pelear con disparos hacia otros lados dañando garrones y más.
—¡Gael/tío!—gritamos todos cuando estaba en el piso y el señor lo apuntaba—.
—No te atrevas hacerle daño a mi hijo—dijo el abuelo teniendo a la señora con un cuchillo—porque él que se va a quedar completamente solo eres tú.
