Chapter Twenty-One

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P.O.V. Angie.
A la final no pude salir con Benja porque parece que su abuela había tenido un accidente. Así que mis primas y yo estábamos en el cuarto cada una en sus cosas.

El tío Gael entró a la habitación y se dirijo a Kika quien estaba en el sillón con sus audífonos y tomándose fotos.

—Kika—está no escuchó—Kika.

—¿Qué?—dijo ella sacándose los audífonos—.

—¿Ya te disculpaste con tu prima?—levanté mi mirada de mi celular—.

—Si, ya estamos en armonía—¿desde cuándo?—nos vamos a volver a llevar súper bien, como las mejores primas.

—Muy bien, eso es lo que yo quiero—dijo el tío Gael—que las cuatro más que primas, se vean y se traten como hermanas.

—Tío, nosotras estamos muy preocupadas—habló Ana Ju—pasó algo horrible.

—¿Qué cosa?—preguntó él—.

—Desapreció el autobús que transportaba a todas las chavas del equipo de porristas—le dije—.

—Ya han pasado muchas horas y no hay ninguna noticia—le dijo Lili—todas tenían que regresar con sus familias y no hay rastro de dónde puedan estar.

—Si, si, tenemos que hacer algo para ayudar en la búsqueda—dijo el tío Gael—.

—Nosotras vamos a ir mañana a una marcha que sus familias están organizando—le informé—.

—tanto coraje que no podamos estar seguras—dijo Ana Ju molesta—estás chavas se suman a la estadística, que es muy alta, de mujeres desaparecidas y nadie hace nada.

—Si Ana Ju, tienes toda la razón—dijo él—las voy acompañar a la marcha, vamos a exigir que las busquen y las encuentren.

Me acerqué a Kika y saqué sus audífonos.

—Kika, tú también deberías de acompañarnos, también conocían a esas chavas, se iban a convertir en nuestras amigas.

—Nunca me han latido las marchas y así, ay son mil pérdida de tiempo y cero me representan.

—Estas manifestaciones sirven para alzar la voz—habló Lili—exigirle a las autoridades que hagan algo y que no se queden con los brazos cruzados.

—He leído que las primeras 48 horas son vitales para poder encontrar a las personas desaparecidas—habló Ana Ju—estas chavas no se pueden sumar a la lista de mujeres que no vuelven a sus hogares sin ninguna explicación por parte de la justicia.

—He leído que las primeras 48 horas son vitales para poder encontrar a las personas desaparecidas—habló Ana Ju—estas chavas no se pueden sumar a la lista de mujeres que no vuelven a sus hogares sin ninguna explicación por parte de la justicia

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P.O.V. Liliana.
Ana Ju me llevó casi que a la fuerza para hablar con nuestros titos sobre lo ocurrido con las porristas.

—Siento horrible no poder ayudar a esas niñas, tienen la edad de nosotras y nuestras primas—dijo Ana Ju—ninguna mujer debería pasar por algo así.

—Si, entiendo tu preocupación Ana Ju pero ustedes no van a poder resolver nada... este es un cancer de gente sin entrañas que disfruta del dolor ajeno—habló el abuelo—.

—Esa gente no merece el perdón de Dios—habló la abuela—.

—Si.

—Me parte el corazón solamente de pensar en la angustia de sus familias—siguió la abuela—.

—Quisiera tener el poder para atrapar a esa gente que le hace daño a gente inocente—hablé—tienen que pagar por lo que hacen.

—Si, los miserables que las tienen secuestradas merecen recibir un gran castigo—habló el abuelo sentándose entre nosotras—díganme ¿en qué quieren que ayude?

—Tito tú tienes mucho poder, puedes ayudar en la búsqueda de estas niñas—dijo Ana Ju—por favor, piensa en sus familias, devuélveles la esperanza, por favor. Juntos podemos luchar para que estas niñas regresen a sus casas.

 Juntos podemos luchar para que estas niñas regresen a sus casas

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P.O.V. Angie.
Mamá, mis dos primas y yo estábamos con nuestros abuelos, el abuelo accedió a ayudar con su poder para ayudar a buscar a las porristas.

—Muchas gracias licenciado—habló él y colgó—ya, no se preocupen—nos abrazó a las tres por los hombros—ya hablé con mis contactos en la secretaría de gobernación, ellos van agilizar la búsqueda.

—Es que no puedo imaginar el calvario que están viviendo las madres de esas chicas al no saber dónde están sus hijas—habló la abuela—.

—Si, hay tramos de la carretera muy peligroso, no sería raro que el autobús se accidentara o... o quizás un secuestro express... no será una investigación rápida, eh.

—No nos importa lo mucho que tarde esa investigación, pero nos ostras vamos a ir a la marcha para exigir a las autoridades que las busquen—dije decidida, el abuelo me tomó de los brazos—.

—No Angie, Angie, no quiero que te arriesgues a nada, ninguna de las tres—nos miró—y menos por personas que ni siquiera conocen bien.

Fruncí el ceño.

—¿Necesitamos conocer a alguien para sentir empatía? Son mujeres de nuestra edad, están desaparecidas y podrían caer en las manos de una red de tráfico de personas.

—Yo estoy de acuerdo—habló mamá colocándose atrás mío y sosteniéndome de los hombros—es aterrador que cualquier chica desaparezca y no se vuelva a saber de ella nunca.

El abuelo solo llevó su mirada de mi mamá a mi pero no dijo nada.

—Hola familia—llegó la tía Columba—ay por fin en casa, los pendientes en la oficina nunca cesan.

Ana Ju se acercó a ella.

—Tú has de saber en dónde están las porristas.

Ella miró a mamá, vi que la mirada de la tía Columba era como de diversión, mientras que mamá parecía triste. Decidí no decir nada, al fin y al cabo eran sus problemas.

—Es una lástima ¿no?—habló la tía Columba—.

—¿Cómo puedes estar tan tranquila?—le preguntó Lili—las otras madres y tú las trajeron y las enviaron en ese autobús ¿que te dijo la empresa de transportes?

—A ver, yo estoy igual de preocupada que ustedes pero no gano nada con alterarme, ya hablé con la empresa y dice que alguien desconectó el rastro del camión, de igual manera estábamos tratando de localizar un monitoreo satelital, también ya hablé con la mamá de Mirna y la mamá de las otras chicas, me ofrecí económicamente y también en la búsqueda. Yo creo que ya no se puede hacer nada más, solo como dice mi querida suegra, esperar y pedirle a Dios que regresen sanas y salvas.

Tania no podría creer el descaro de su hermana.














Me da risa que en la novela, Ana Ju siendo la favorita de Ramsés es la que más en contra está de todo.

Love Story || Benjamín GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora