Nos tendió una trampa

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Tenía que pensar en como hacer para escapar de ese lugar en el que estaba, y del como encontrarse con su hijo.

No sabía exactamente dónde era que estaba, pero algo tenía seguro estaba en un edificio por qué se podía escuchar muy bien como el elevador era utilizado cada vez que lo iban a ver.

Ya no podía quedarse ahí, sabía que su hermana estaría preocupada por su desaparición, y no podía permitirse seguir preocupandola por su embarazo ya estaba casi en su último mes de embarazo y por lo mismo no tenía que preocuparse mucho pero la conocía y sabía que se preocuparía.

Las decisiones ya las había tomado, tenía que irse y sacar a su hermano, sobrino e hijo a como diera lugar.

Exactamente no sabía que día era y mucho menos qué hora, pero se había memorizado de cuando el sol se ponía lo iban a ver y cuando empezaba a oscurecer también. Solo lo iban a ver dos veces al día. Pues la mayor parte del tiempo pensaban que estaba inconciente.

El dolor en sus muñecas y pies era cada vez más fuerte pero lo podía aguantar, pero en cambio la cabeza era la que más le dolía, pero ni esos dolores lo harían retroceder.

Con un poco de esfuerzo empezó a moverse, cada movimiento hacia que le doliera el cuerpo, y cada pequeño arrastre hacía que el dolor se intensificara en sus muñecas y pies.

Respiró hondo varias veces y después de haberse recuperado volvió a moverse, tratando de hacer el menor ruido posible.

Por fin logro sentarse después de casi media hora de intentarlo. Se observó como estaba y las heridas en los pies se habían abierto otra vez, dejando ver cómo un pequeño hilo de sangre caía.

Sus manos no tenían gran cosa como sus pies por lo que con un rápido movimiento logra rasgar un pedazo de su camisa, con ese movimiento logro evitar a qué se le abrieran las heridas de las muñecas.

Al tener ya el pedazo de tela en sus manos procedió a envolver las heridas que estaban abiertas.

Tomo un poco de aire para poder recuperarse de todos los movimientos que había hecho, se estaba cansando más rápido por la falta de alimentación, se había dado cuenta que en la comida que le daban siempre ponían algo para que se durmiera, por lo que había decidido ya no comer más de lo que le dieran, aunque claro no siempre podía hacerlo y unos pocos bocados eran los que probaba.

Al ya haberse recuperado un poco, decide tratar de pararse, pues sabía que lo más difícil sería lograr pararse, ya que no se había parado desde que lo llevaron a ese lugar, y sus piernas al estar inactivas por un pedido considerado no tenían mucha fuerza, varios intentos fracasaron, pues no lograba pararse, pero después de intentarlo por un tiempo lo logro, las heridas en sus pies seguían abriéndose más con cada esfuerzo que hacía, y el pedazo de tela poco a poco se iba tiñendo de color rojo.

Eso era señal de que la sangre seguía saliendo. El dolor persistía ahí y cada vez iba aumentando más. Su objetivo principal era salir de esa habitación. Agradecía lo ingenuos que podían ser las personas que lo llegaban a vigilar pues le habían quitado lo que lo ataba de los pies. Sin embargo las manos todavía las tenía atadas y eso era un impedimento para poder llegar a la puerta.

Gracias a los cielos no le habían hecho casi nada a su cabello, pues ahí en la parte de abajo cerca de su moño habitual tenía un gancho, uno que casi siempre cargaba ya que una parte de su cabello se salía y ese gancho hacía a qué se quedará sujeto y no se moviera.

Con algo de esfuerzo logro llevar su mano a dónde estaba el gancho y lo logró sacar.

Al ya tener en sus manos aquel gancho, procede a tratar de abrir dónde estaba atadas sus manos. Le había llevado algo de tiempo pero por fin había logrado desatar sus manos, las marcas eran claras y se podía ver cómo sus muñecas tenían algunas cortadas y del como sus heridas poco a poco iban cicatrizando.

Al estar ya por fin sin ninguna atadura que le impidiera movilizarse logra caminas cada vez más cerca dela puerta, pero unos ruidos lo detuvieron, se podían escuchar pasos acercarse.

-Maldicion.

Ahora que estaba sin ningún impedimento para moverse tenía que tratar de salir, pero aquellos ruidos hacían que se pusiera cada vez más nervioso, sabía que si eran los que lo vigilaban no tendría problema con derribarlos pero el problema era que no se escuchaba que fuera solo dos personas si no que más. Y en las condiciones que estaba no era recomendable que hiciera mucho esfuerzo pues no solo sus heridas en los pies seguían sangrando si no que sus manos no se habían recuperado del todo. Y todo eso sería un gran impedimento.

Pero solo había algo que su mente le seguía repitiendo, aquel lema que su familia usa. Aquel por el cual sufrió en su infancia, aquel que solo le hizo recordar que tenía que intentarlo tantas veces sin rendirse.

Intenta lo imposible

Las voces y los pasos cada vez se podían escuchar más claramente, y eso solo era señal de que tenía que actuar rápido, no podía dudar en esos momentos, tenía que salir de ese lugar lo más rápido posible. Y no lo lograría si seguía dudando.

Tomo unas cuantas respiraciones, lo primero que tenía que hacer era calmarse. Cerro sus ojos por unos segundos, y respiro profundamente por un tiempo, su mente se logró despejar de todas las dudas que tenía.

Y poco a poco aquellos bellos párpados se fueron levantando dejando ver aquella mirada decidida, miro a su alrededor por un tiempo viendo que era lo que podía utilizar. Claro que muchas cosas no habían, pero si tenía unas mantas a un costado de dónde estaba, eso podía servir para atarlos.

Con cuidado de no hacer ruido camino hacia la puerta y se posicionó a un lado, para que no lo vieran, su respiración empezó a hacer más lenta, y aunque sus manos temblaban tenía que tomar todo el coraje que tenía, el dolor persistía pero trato la manera de ignorarlo, a los pocos minutos se pudo escuchar cómo era introducida una llave, y del como poco a poco se iba abriendo la puerta.

Logro reconocer las voces, si eran las dos personas que se encargaban de vigilarlo pero llevaban a una tercera persona.

No sabía quién era pero estaba decidido, tenía que salir sin importar que.

Cuando aquellos hombres abrieron la puerta se pudo ver cómo aquel joven que la mayoría del tiempo se mantenía dormido ya no estaba, las tres personas entraron rápidamente a la habitación, pues estaban más que asustadas, no sabían que podía pasar si sus jefe se enteraba que se había escapado.

Jiang Cheng no se había puesto a pensar que podía ser tan fácil salir de ahí, pues no pensó que los tres entrarán a la habitación tan rápido. Las tres personas estaba tan preocupadas que no se dieron cuenta que una persona salido detrás de la puerta, no fue hasta que escucharon como era cerrada.

- Mierda, nos tendió una trampa.

Dijo uno de ellos.

- Pero el no sabe que tenemos las lla...
No, no puede ser. Las llaves no las tengo.

- No juegues con eso, sabes muy bien que sin llave no se puede abrir.

- No estoy jugando, las tenía atadas a mí pantalón, después de haber abierto, de seguro ese bastardo me las robo.

-¿Cómo te pudo robar sin que lo viéramos?

- No lo sé, pero ya no las tengo. El jefe nos va a matar cuando se entere de que escapó.

- Mejor cállate y ayúdanos a tratar de abrir la puerta.

Los tres hombres en la habitación estaba alterados pues no solo se había ido la persona que su jefe quería si no ahora estaban atrapados ahí sin posibilidad de salir a menos que alguien les abriera la puesta. No podían hacer otra cosa que no fuera esperar a que sus otros compañeros los fueran a rescatar.

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Bueno hasta aquí el capítulo espero les este gustando. Nos leemos en el siguiente capítulo.

Sin Ti Nuestras Vidas Fueran DiferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora