capítulo 15

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Apenas las clases de Edward llegan a su fin, él se levanta apresuradamente de su asiento, se dirige al estacionamiento a una velocidad que apenas se puede considerar humana, sube a su auto, pisa el acelerador con determinación y conduce a toda vel...

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Apenas las clases de Edward llegan a su fin, él se levanta apresuradamente de su asiento, se dirige al estacionamiento a una velocidad que apenas se puede considerar humana, sube a su auto, pisa el acelerador con determinación y conduce a toda velocidad en dirección a la casa de Jessica, ya que la chica había sido dada de alta ese día.

La puerta de la casa de la Stanley se abre y quien lo recibe con los brazos abiertos es la abuela de Jessica. La mujer lo abraza con fuerza y calidez que lo hace sonreír, hace tanto tiempo que no experimenta un gesto de cariño tan reconfortante.

Pero a pesar de estar feliz con la bienvenida que ha recibido, esa no es la verdadera razón por la que está en la casa, Sus ojos ansiosos revolotean por la casa en busca de esa característica cabellera rubia de Jessica.

El hecho de que sus ojos escudriñen cada rincón de la casa en busca de la joven Stanley no pasa desapercibido por la atenta mirada de la abuela de Jessica, quien, con una sonrisa llena de complicidad y empatía, le dice: "Mi nieta está en su habitación, apresúrate a verla".

El joven asiente y se apresura a hacer eso, no sin antes saludar a los otros presentes en la casa,

Desde la cocina, la madre de Jessica, le devuelve el saludo mientras se concentra en la preparación de una sopa de verduras y pollo para su hija.

El abuelo de Jessica, concentrado en el partido de futbol americano que esta viendo en la televisión de la sala de estar, le dedica un leve asentimiento a Edward cuando este pasa junto a él en su camino hacia la habitación de su amiga en el segundo piso de la casa.

El Cullen sube rápidamente las escaleras, y no necesita tocar la puerta de la habitación de Jessica, ya que esta se encuentra entreabierta, como si estuviera esperándolo. Allí, yace la joven, recostada en su cama, con la mirada fija en un nuevo objeto que ha sido agregado a su habitación.

La joven de ojos azules tiene su atención completamente absorbida por la televisión, y el sonido de la voz de Edward la hace girar repentinamente en su dirección. En ese instante, sus ojos se iluminan de alegría al verlo, y le dedica una gran sonrisa que parece iluminar la habitación.

Los propios ojos dorados de Edward se iluminan al encontrarse con los de Jessica, y no puede evitar sentirse más tranquilo ahora que la chica está en su casa, porque eso significa que está fuera de todo tipo de peligro, que ella está bien. 

Sin embargo, cuando el sonido de la televisión sube abruptamente, una melodía de instrumentos musicales hace que la atención de Jessica lo abandone por completo para centrarse en la película que estaba viendo, dejando a Edward con una mezcla de emociones, entre alivio y una pizca de herida por la clara preferencia de la pantalla sobre su presencia.

"¿Que estás viendo?", pregunta el castaño en un intento de llamar nuevamente la atención de Jessica mientras se sienta a su lado en la cama.

La joven, rápidamente voltea en su dirección, sus ojos brillando con la emoción de lo que está presenciando en la pantalla, y se abalanza sobre él para callarlo suavemente, como si temiera que sus palabras rompieran el hechizo de la película. "Shhh... está en la mejor parte", murmura con un tono de voz apasionado. Y tan pronto como su atención estuvo en él, vuelve a enfocarse en la película con una emoción palpable.

Romeo, Julieta y la chica que arruinó el clichéWhere stories live. Discover now