𝐌𝐞𝐭𝐚𝐧𝐨𝐢𝐚 | 𝑨𝒊𝒅𝒂𝒏 𝑮𝒂𝒍𝒍𝒂𝒈𝒉𝒆𝒓

Resaca

[ 𝓜. 007 ]

𝓦|____ Willson

Mi horario de llegada a casa era hasta las dos de la madrugada, me quedaba media hora, Aidan buscaba más agua para mí y yo cuidaba de nuestros sitios, mientras ejercía mi guardia, observaba la pista de baile, donde apareció de la nada Noah sobre los hombros de James, cantando una canción de Ariana Grande, para ser específica "Boyfriend".

Ambos lucían igual, el cabello lleno de sudor, las mejillas y ojos rojos, con lo último dudaba si mi mejor amigo sólo había bebido, conociéndolo era capaz de cualquier cosa.

Aproveché el cuadro icónico, para sacar mi teléfono y grabar el momento para siempre en una fotografía. - Aquí está tu preciada agua -. Me extendió una botella el ojiverde.

- Gracias, ¿ya viste a esos dos? -. Señalé a nuestros mejores amigos.

El rostro de Aidan se tornó en una mezcla de seriedad y sorpresa a la vez, no sabría como describirla. - Noah era el conductor designado... Sus papás lo van a matar -. Susurró antes de caminar rápido hasta ellos, al procesarlo, caí en cuenta que la situación de James era la misma, su mamá tal vez lo dejaba pasar, pero su papá...

Apresurada alcancé a Aidan, que ya hablaba con Noah para pedirle que nos fuéramos de una vez, el chico no entendía razones, decía querer seguir divirtiendose con James. - Deben relajarse -. Habló mi amigo arrastrando las palabras. - Necesitan un trago -. Nos pasó una botella de vodka casi vacía.

Aidan y yo nos volteamos a ver con la misma expresión. - Mierda... -. Murmuró él. - ¿Ustedes dos solos se tomaron todo esto? -. Levantó la botella.

- Tal vez un vaso, o dos, o tres, cuatro -. Noah junto su índice y pulgar para enseñar cuánto era.

- Perdimos la cuenta -. James se balanceo en mi dirección, por inercia coloqué mis manos en su cuerpo para que no me cayera encima, el ojiverde tan veloz como flash corrió a ayudarme con el peso del pálido chico.

- Es mejor que ya nos vayamos -. Jaló del brazo a Noah, que seguía negándose a irse, claro, no tomamos en cuenta lo que quería o no.

La gente se abría paso fastidiada, pues para ellos aún era muy temprano y querían seguir disfrutando, Sadie se nos acercó a pedirnos que la llevemos también, antes de salir de la casa de Jaeden, nos despedimos de Finn, que nos dio un abrazo corto a todos para luego continuar tocando, esa noche se estaban luciendo con sus temas.

En la calle yacían estacionados variedades de autos, nos tardó cinco minutos encontrar el de Noah, más porque íbamos con dos personas cuyo estado era de ebriedad y se rehusaban a mover las piernas. - ¿Quién va a conducir? -. Preguntó Sadie una vez que nuestros amigos habían ingresado en la parte trasera del auto.

- Yo no sé conducir -. Les hice saber desde ya, mi mamá nunca me había enseñado a conducir, el auto apenas tenía dos años de ser comprado, no quería que por hacerme practicar terminara con aboyaduras.