𝐌𝐞𝐭𝐚𝐧𝐨𝐢𝐚 | 𝑨𝒊𝒅𝒂𝒏 𝑮𝒂𝒍𝒍𝒂𝒈𝒉𝒆𝒓

Amatista

[ 𝓜. 005 ]

𝓦|____ Willson

Contarle a Mary que el martes había ido con los amigos de Aidan, fue un error, porqué eso le recordó el plan que me impuso para que ella hablara con Noah, ahora quería que la llevara conmigo a la práctica de la banda de Finn, por más que le expliqué que no podía, no supo entender razones.

Resignada, me encamine con ella hasta la mesa de los chicos. - Hola -. Saludé llamando la atención de cada uno que me mostraron una sonrisa y también saludaron.

- ¡Willson! Y... Amiga de Willson -. Dijo el ojiverde.

Mary saludó con la mano. - Ella es Mary, mi mejor amiga, creen que pueda ir conmigo hoy al ensayo, de otra forma no me dejaran -. Mentí, el día del cine, después de que me dejaran en casa, se dejó en claro que todos diríamos que James se quedó a acompañarme hasta el final. Yo acepté porqué temía a mi madre, pero luego de un rato, las ganas de querer decir la verdad me carcomían, no podía aguantar un segundo más y terminé por revelarselo, de que recibí un regaño lo recibí, no obstante, no me castigo ni hizo nada, y hasta me dio permiso de ir esta vez sola a la práctica del ruloso, siempre y cuando la mantuviera al tanto de todo.

- Está bien, no afecta en nada una persona más -. Me respondió Finn relajado.

- Siéntense -. Millie señaló una silla vacía que estaba al lado... curiosamente de Noah, mordiendo mi labio inferior me giré ver a Mary.

- ¿Quieres quedarte? -. Le pregunté y ella asintió. - De acuerdo... Iré por otra silla para mí -. Retrocedí dejándole el sitio a mi amiga.

Me puse de puntillas para encontrar una silla disponible y sin usar, de pronto a mi costado apareció Aidan con una. - Que lenta -. Se burló dejandola en el suelo frente a la mesa.

- Te diría gracias, pero por ofenderme de esa manera, ya no -. Expresé cerrando los ojos y volteando para otro lado.

- No lo puedo creer, te revelas -. Exclamó él con tono forzado de sorpresa, decidí mantenerme en silencio, con eso solo obtuve que pasara su mano por mi cabello despeinandolo.

- ¡Ey! -. Le grité viéndolo. - ¿Por qué me despeinas? -. Fruncí el ceño molesta.

- Yo te veo igual que antes -. Me provocó, entonces yo también pasé mi mano por su cabello desordenandolo. - ¡Oye! -. Se quejó y volvió a depeinarme, así que hice lo mismo, ambos comenzamos a movernos el cabello sin parar.

- ¿Qué sucede con ustedes? -. Preguntó riendo Sadie, por esa pregunta nos detuvieron, uno más despeinado que el otro.

- Él empezó.