Capitulo 7. Rompiendo las reglas (Parte I)

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–¿Cuándo vas a ponerle una foto a ese gafete?

Sarah miró atentamente el gafete del director Magán. Agachó la cara para comprobar, que su gafete siempre parecía más triste y vacío que el de los demás. Todos mostrando una amplia sonrisa y ella con un enorme recuadro gris. –Quizás fuese esa la mejor manera de representarse a sí misma–pensó.

–En estos días pasaré a tomarme la foto– respondió con amabilidad.

–Tienes un año diciendo lo mismo.

–esta vez es definitivo, gracias por la acotación director.

El director levantó su mano advirtiendo a la muchacha justo antes de que se abrieran las puertas del elevador.

Monic, apareció en el pasillo muy asustada. –Lo siento Sarah.

–¿Por qué estás disculpándote?

–La directora... ella tomo el material de la boda de la familia Bell y lo publicó.

–¿Qué? ¿Cómo consiguió el material?

–Lo siento, fui y o quien le dio acceso a tu computadora. Dijo que necesitaba algo urgente. No pude imaginarme que–Monic estaba al borde de las lágrimas.

–Tranquila. ¿Consiguió la confirmación de la familia?

–No lo sé. Me he dado cuenta al comprar la revista esta mañana. Ella solo tomó las notas y las publicó a tu nombre. Me dio tanta cólera que desearía haberla tomado del cabello y arrastrarla por el fango en ese momento.

Monic se detuvo y observó atentamente a Sarah por unos instantes. Había entendido que Sarah no tenía deseos de hablar, e iba a calmarla, cuando alguien descuidadamente empujó a Sarah y ella cayó al piso, derrapando una fila de papeles al borde de una escalera de emergencia. El caballero, pareciendo consciente de su error, se detuvo a ayudarla.

–disculpe, caminaba distraído, ¿se encuentra bien? –decía el hombre mientras se adentraba en la oscura escalera recogiendo papeles.

–Si estoy bien, descuide– respondió Sarah al hombre que no le dirigía la mirada, sin embargo, no le prestó mayor atención y estaba intentando levantarse con ayuda de Monic, cuando ella le susurró de cerca –si no hubiera estado aquí parada, podrías haber fácilmente caído por la escalera– con actitud desconfiada mientras miraba al hombre recoger papeles sin siquiera levantar la vista.

–Lo sé –dijo Sarah y acomodó su falda de tubo para agacharse y empezar a recoger los papeles.

El hombre se tardó mucho tiempo recogiendo los papeles que estaban al borde de la escalera, y cuando finalmente recogió la última hoja de papel del suelo, se quedó mirando a Sarah con actitud ostentosa. Colocó los papeles en las manos de Sarah y se marchó sin decir una sola palabra.

Monic murmuro– ¿Qué le sucede a ese sujeto?

Sarah observó en detalle el caminar y las maneras de aquel hombre. Sin intención, pensó en el príncipe.

–Me recuerda mucho a alguien, pero no sé por qué.

–Quien sabe, a lo mejor sean familia. Una vez yo me crucé en un bar de los Ángeles con una tía segunda de mi mamá. Me invitó un trago y no dejó de mencionarme lo mucho que me parecía a ella cuando era joven. En fin, analizando su árbol familiar, descubrimos el parentesco. Era una verdadera casualidad. –decía Monic mientras cruzaba los brazos.

Sarah no quiso interrumpir a Monic, quien empezaba a desvariar, así que solo siguió caminando hacia la oficina para aclarar lo sucedido con la impresión de la revista.

La búsqueda del príncipeWhere stories live. Discover now