Primer renacimiento y Secretos vírgenes.

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El sol se abría paso atreves de la ventana y cortina blanca de la habitación mas grande de la sede de la familia Astrea. La mas grande debido a que Alfia uso una especie de artefacto que le había regalado. 

Los ojos de Alfia se abrieron de par en par de forma lenta, lo primero que pudo ver, fue la camisa negra, que correspondía a su hijo Bell. Sintió como los brazos del chico la rodeaban por su abdomen, sonrió para ella misma al momento en que ella abrazo al chico y sintió su cuerpo bien formado y como fuera un movimiento automático. 

Los brazos de Bell la apretaron con mas fuerza atrayendo su cuerpo mas cerca del suyo. Alfia se acomodo mas en el pecho del chico y volvió a cerrar sus ojos, esperando que Bell se despertara. 

....

"Espera ¿Por qué Bell no se ha despertado?".  Miro debajo del brazo de Bell hacia la ventana, el sol ya se veía bastante alto y había un poco de ruido en las afueras. Con eso el instinto de Bell del día siguiente ya estaría activo pero no lo está.

Alfia desde su posición miro hacia arriba, el rostro durmiente pero doloroso de Bell la alerto. 

El albino estaba respirando agitado, algo que ella en su gusto de comodidad no se había dado cuenta, toco su frente con su mano derecha y la retiro de inmediato por lo caliente que se encontraba el chico. 

—¡Bell!—

Grito preocupada, se levanto de los brazos del chico y se sento a su lado, volvió a tocarlo pero esta vez en la mejilla. 

Estaba hirviendo en pocas palabras, así que opto por quitarle la camisa, la cual quemo las manos de Alfia por lo caliente que estaba, el vapor salió del cuerpo tonificado del chico. 

—Al..fia—. Con dolor Bell pudo susurrar el nombre de la mujer, sus ojos e distintos color ahora se encontraban siendo un profundo azul cielo que iban cambiando para ahora convertirse en unos grises, luego unos verdes y  por ultimo un rojo carmesí. 

Pero nuevamente cambio a hacer de diferente color, Azul y verde. 

En ese entonces a Alfia se le vino un recuerdo o mas bien las palabras que le habia dicho la mujer Phoenix.

—Fuego....Necesito Fuego—. Reaccionando rapido, Alfia corto la mitad de su vestido, y cubrió a Bell, tomo también las mantas y lo envolvió como como un tamal. 

Con Bell en sus manos, Alfia empezo a moverse, no podia abrir la puerta pero no importo ya que le pego un patada que la abrió, la daño pero lo que importa es que abrió. 

Dicho ruido causo que las miembros se pusieran alerta y se movilizaran, aunque claro se quedaron quietas al ver nada mas como un relámpago plateado paso a sus lados y salió de la sede. 

Hera quien estaba sentada al lado de Astrea y Alise, se alerto y salió caminando detrás de ella.

—Madre? ¿Espera a donde vas?—

—No hay tiempo para contar Astrea, si quieres saber ven conmigo—. 

La diosa de la justicia no entendió muy bien, pero de todos modos salió detrás de la Hera dejando a cargo la sede a Alise. La cual estaba a punto de salir a patrullar pero se quedo. 


—Hephaestus!—. Alfia no perdió el tiempo y en segundos ya habia llegado hasta la única fuente de calor o fuego a altas temperaturas. La forja de la diosa herrera. 

—Al-Alfia? ¿Qué ocurre, que traes ahí?—. 

—Luego sabrás, ahora necesito tu fragua—. 

Alfia sin esperar a nada paso al lado de una sorprendida Elfa de cabello verde y y una de Cabello dorado. 

Hijo Del Silencio.Where stories live. Discover now